Más control, menos riegos
12 de octubre de 2012DW: Sr. Hofmann, hace poco se dieron a conocer los llamados Planes de Liikanen, que prevén la separación de actividades de inversión de riesgo de banca de los servicios bancarios para los particulares. Sin embargo, la economía crediticia alemana se muestra escéptica. ¿Por qué?
Gerhard Hofmann: No se rechazan de antemano, pero hay varios reparos: la cuestión central es si el traslado de actividades comerciales de los bancos realmente contribuye a disminuir los riesgos para el sistema financiero en general. Todos desean una solución al problema de “Too-big-too-fail”, o sea que un banco es demasiado grande para ser separado del mercado. Tendremos que comprobar la eficiencia del Plan de Liikanen, y éste tiene una alta motivación política. Habría que analizar si realmente lleva al éxito.
El mismo Erkki Liikanen admite que el modelo de separación bancaria no hubiera evitado la crisis financiera. Lehman Brothers en los EE.UU., por ejemplo, fue un banco de inversión y aún así provocó masivos riesgos sistémicos. Viceversa también hubo una serie de bancos comerciales, como Washington Mutual o el banco financiero de hipotecas Countrywide, que por medio de su insolvencia ocasionaron riesgos sistémicos.
También en los EE.UU. y en Gran Bretaña hay propuestas para un modelo de separación bancaria. Pero la economía crediticia alemana argumenta que esto no va bien con el sistema bancario alemán. ¿En qué sentido la separación bancaria podría causar daños en Alemania?
En Alemania, el principio de banco universal tiene una larga y exitosa tradición. Sobre todo en los años de posguerra, durante décadas, este principio se valoró de favorable para proveer óptimamente a la economía y a los clientes particulares de servicios financieros. También la compensación de riesgos era bien vista. Lo importante es que la crisis financiera y la crisis de deuda pública no tiene nada que ver con el modelo de separación bancaria o el principio de banco universal.
Paralelamente se están haciendo otros esfuerzos en cuanto a la regulación bancaria. Se pretende que, por ejemplo, los bancos acumulen más capital propio para amortiguar mejor los riesgos que en el pasado. ¿Cree que sea un instrumento para combatir la crisis financiera?
En sí, la defendemos, aunque la demanda de capital actual represente un gran reto para muchos bancos. Pero es necesaria para seguir estabilizando el sistema bancario y ganar confianza.
Desde hace poco, entró en vigor el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), que también apoya a los bancos pero solo en combinación con una fuerte supervisión bancaria. Los bancos europeos asumen una postura crítica frente e éste, ¿también los bancos alemanes?
Debemos diferenciar: en general, los bancos grandes de actividades transfronterizas aceptan la supervisión europea por medio del Banco Central Europeo. Los bancos pequeños, regionales la cuestionan. Pero, básicamente, esta iniciativa se apoya o trata de manera neutral. Lo que se rechaza son los términos de responsabilidad que se están discutiendo: una responsabilidad transfronteriza entre fondos públicos para bancos en diferentes países o, aún peor, una responsabilidad transfronteriza para garantías de depósito.
La supervisión bancaria, que probablemente iniciará su labor a principios de 2013, también será un tema en la cumbre de la Unión Europea a mediados de octubre. ¿Qué tan probable es esto?
Muchos países europeos esperan que la supervisión bancaria inicie su trabajo en 2013, porque entonces, por ejemplo, los bancos españoles se podrían recapitalizar a través del MEDE. Alemania quiere una alta calidad de la supervisión bancaria europea, pero la presión sobre el gobierno alemán, de que la supervisión cobre vigencia lo antes posible, va a ser enorme. Pienso que se necesitaría mucho más tiempo, pero políticamente no será fácil.
Gerhard Hofmann es miembro de la junta directiva de la federación alemana de bancos populares. Actualmente representa la Economía Crediticia Alemana.
Autor: Daphne Grathwohl/ VC
Editor: Enrique López Magallón