Hoja de ruta... desviada
7 de octubre de 2003"Cada día que prosigue la violencia fortalece a los terroristas y a aquellos que no quieren un arreglo pacífico", subrayó el canciller alemán, Gerhard Schröder, tras haber condenado en la víspera el ataque aéreo israelí contra Siria como una inaceptable violación de su soberanía. El hecho marca una nueva escalada cualitativa en la espiral de violencia que convulsiona al Medio Oriente.
Reacción cuestionable
El giro que han adoptado los acontecimientos inquieta en extremo a aquellos que, como Schröder, aún creen en que la llamada "hoja de ruta" es el único plan que puede guiar a palestinos e israelíes hacia la paz. También la Unión Europea, gestora de dicha propuesta junto a la ONU, Estados Unidos y Rusia, se esmera por salvar lo que pueda quedar de ella. Junto con condenar el atentado suicida palestino y exhortar a las autoridades autonómicas a detener la violencia, el coordinador de la política exterior de la UE, Javier Solana, indicó que Israel tiene derecho a defenderse del terrorismo, pero puntualizó claramente: "la reacción debe producirse dentro de las reglas y leyes internacionales, y debería contribuir a la solución del conflicto".
Más de una duda cabe al respecto en lo tocante a este ataque israelí contra Siria que, para colmo de simbolismos, se produjo precisamente en la víspera del 30. aniversario de la guerra del Yom Kippur. ¿Cuál es el objetivo que persigue el gobierno del primer ministro Ariel Sharon, más allá del propósito explícito de asestar un golpe contra un presunto campamento de terroristas? Para algunos analistas, refleja un cambio en la estrategia de Israel que, por lo visto, está dispuesto a ampliar sus represalias allí donde lo estime oportuno.
Desafío a la cohesión
El presidente estadounidense, George W. Bush, manifestó ya su comprensión con el proceder israelí, destacando el derecho a la autodefensa que, a su juicio, no debe ser restringido. Pese a sus llamado a evitar más escaladas, las declaraciones formuladas por el jefe de la Casa Blanca distan de una condena. Al fin y al cabo, para Washington, Siria constituye desde hace tiempo un refugio de extremistas. Por lo demás, fue el propio Bush el que echó a rodar la doctrina de los "golpes preventivos", pese a las advertencias de que podría desencadenar una avalancha.
En el caso del Medio Oriente, una vez más se pone a prueba la cohesión internacional. En la ONU, la propuesta de resolución condenatoria presentada por Siria adolece de una gran omisión: no alude al golpe terrorista palestino y, por lo tanto, no resulta ecuánime. No es por esa vía que se puede llegar al consenso. Pero sólo con una enérgica postura conjunta, que condene los atentados terroristas palestinos y reproche al mismo tiempo las represalias israelíes, la comunidad mundial podrá ejercer la presión necesaria sobre las partes, como lo reclama el canciller alemán. De lo contrario, la "hoja de ruta" probablemente no lleve a ningún lugar.