Bélgica paralizada
22 de diciembre de 2011Las estaciones de metro permanecieron cerradas, las paradas de tranvía y autobús, vacías. Si no es en automóvil propio, en bicicleta, en taxi o a pie, no hay cómo moverse durante la jornada del 22 de diciembre en Bélgica. El frente común de sindicatos convocó a una huelga general a la que se ha plegado masivamente el sector público. También los países vecinos se ven afectados por la protesta.
Medidas de austeridad
Por el momento, se trata de oponerse sobre todo a los planes de reforma del sistema de pensiones, una de las primeras medidas acordadas por el nuevo gobierno del socialista Elio Di Rupo. Ya no 59 sino sino 62 años será el límite de edad para la jubilación anticipada de los trabajadores estatales. Por eso, el personal de cárceles, escuelas, correos y hospitales se han sumado a la jornada. En el paquete de medidas del gobierno belga –formado un año y medio después de las elecciones parlamentarias- se encuentra también reformas en el subsidio de desempleo y en la aportes a la seguridad laboral.
Aunque el plan prevé también un impuesto a las transacciones bursátiles y mayores cargas impositivas para los ingresos más altos, las medidas de austeridad son percibidas como injustas por la población trabajadora belga, que el 3 de diciembre ya había salido masivamente a las calles. Los sindicatos le toman sobre todo a mal al gobierno, que asumió funciones el 6 de diciembre, el no haber acordado las medidas con ellos.
En la ola de la crisis
Con los recortes, el gobierno belga se propone ahorrar hasta finales del año 2012 más de once mil millones de euros, un décimo del presupuesto del país. De lograrlo colocaría el déficit fiscal belga por debajo del límite del 3 por ciento del PIB previsto por los tratados europeos.
Como en otros países de la zona euro, se trata de recobrar la confianza de los mercados. Las agencias de rating Standard & Poor´s y Moody´s rebajaron la capacidad crediticia belga debido al débil crecimiento económico y al costo del salvataje del sector financiero. Por su parte, la agencia Fitch colocó a Bélgica junto con España, Eslovenia, Italia, Irlanda y Chipre bajo observación negativa; esto podría implicar una reducción de nota en tres meses.
Aunque los economistas calculan que harán falta más medidas de austeridad, el ministro belga de Finanzas, Steven Vanackere, se muestra optimista. No obstante, “si las estimaciones de crecimiento se rebajasen en marzo, se implementarán nuevas medidas”, afirmó. Debido a su gran sector bancario y financiero, Bélgica es especialmente vulnerable.
La huelga, un éxito
Entretanto, aunque los controladores de aviación habían anunciado plegarse parcialmente a la huelga, sólo en el aeropuerto de Lieja los pasajeros se han quedado esperando. Sobre todo en las carreteras circundantes de Bruselas ha habido grandes embotellamientos.
“La huelga ha sido un éxito”, declaró Francis Wegimont, secretaria general del sindicato CGSP, “nuestros afiliados están furiosos y muy decididos”, declara anunciando que caso de que el ministro de Pensiones, Vincent Van Quickenborne, no explique de manera satisfactoria el nuevo plan de recortes la huelga, sobre todo en el sector transporte, podría prolongarse hasta el viernes. Mientras tanto, los Thalys de Francia, el Eurostar a Gran Bretaña, el TGV a Holanda, los ICE a Alemania: todos se han quedado guardados en sus estaciones.
Autora: Mirra Banchón
Editor: Enrique López