Husumwind: a favor de los molinos de viento

Husumwind, la mayor feria de energía eólica del mundo, abrió hoy sus puertas con 520 expositores provenientes de 26 naciones, con la asistencia de 25.000 especialistas internacionales y con la incertidumbre como tenor. El impulso, léase subvenciones, dado por el actual gobierno roji-verde a los productores de energías renovables podría acabarse muy pronto, en caso de que el factor ecológico no sea tan fuerte en un gobierno que no tenga lo "verde" como unos de sus lemas.

Una industria que florece

Si por un lado unos empresarios expresan su temor de que el tema de las energías renovables se pierda en el caos que reina en Berlín, otros se declaran optimistas pues la política no tendrá influencia directa en el negocio, ya que Alemania cuenta con una ley de energías renovables que se prolonga hasta 2007. Los exportadores tendrían aún menos motivo para preocuparse, declara un representante de Gamesa Wind, el segundo productor mundial de parques eólicos. Según él todos los industriales del ramo realizan la mitad de su ventas en el extranjero. Polonia y República Checa serían los mejores mercados.

Trittin defiende sus logros

"Quien pretenda menoscabar el apoyo a la energía eólica brindado por el gobierno de Schröder, estaría destruyendo miles de los 150.000 puestos de trabajo que se han creado en este ramo". Así defendió el ministro alemán de Medio Ambiente, Jürgen Trittin, de los Verdes, los logros de su gestión, entre los que figuran la liberalización de los mercados de gas y electricidad, el fomento de las energías renovables, el abandono de la energía nuclear y la intensificación de las inversiones en investigación, como paso para reducir la dependencia del petróleo.

Más allá del aspecto medioambiental, la producción de energía eólica en alta mar brinda grandes oportunidades económicas, recalcó el ministro. El potencial de inversión en el desarrollo off-shore es enorme: para el 2020 podrían surgir 500.000 puestos de trabajo más y el potencial de inversión asciende a los 50.000 millones de euros.

Alemania, un ejemplo

Alemania se ha convertido en esos siete años de gestión roji-verde en líder mundial en producción de tecnología solar y eólica, lo que justifica con creces las altas inversiones y subvenciones destinadas a ese sector, argumenta el todavía ministro, haciendo frente a las duras críticas. Entre éstas se encuentra incluso una de carácter bio-estético: que los parques eólicos destruyen el paisaje y son un peligro para las aves. A ello los ecologistas -defensores a ultranza de este tipo de energía- responden con números: de 1 a 3 pájaros mueren anualmente por cada molino de viento, mientras que la menor cantidad de emisiones durante la producción de este tipo de energía, procura un aire limpio que hace bien a todas las especies. Y aquello de la estética es relativo.

Subvenciones que se rentarán, a largo plazo

En cuanto a las subvenciones -sin las cuales esta industria no podría subsistir, según sus detractores-, no existe ramo de la energía que no las tenga. Precisamente el alto coste de las ayudas a las renovables es uno de los argumentos de la oposición conservadora para criticar a Trittin, a lo que éste responde que una política energética responsable no puede medirse con planes a corto plazo; los resultados se recogen a la larga.

En tiempos de alzas de precio del petróleo, el tema de la necesidad de otras fuentes de energía que no sean las fósiles vuelve a cobrar importancia. Incluso George W. Bush -el mayor enemigo climático, según los ecologistas- se ha declarado a favor de su desarrollo. Así, el optimismo no ha abandonado al ramo. Empresarios del sector eólico son de la opinión que el éxito del ramo depende menos del resultado de las elecciones, que de los altos precios del crudo.