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Huyendo de la muerte

JAG27 de noviembre de 2003

La legalización de la eutanasia provoca reacciones hasta ahora sin precedentes. Algunos ancianos de Holanda cruzan la frontera alemana para pasar sus últimos días alejándose del peligro de que “los maten”.

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Todos tenemos derecho a la vida.Imagen: BilderBox

Holanda es uno de los países que se cuenta entre los más liberales del mundo. La legislación sobre drogas, prostitución, aborto y eutanasia muestra el ejemplo que el estado holandés brinda a las futuras generaciones.

Evitar la muerte saliendo del hogar

Tras la legalizaciónde la eutanasia en Holanda, muchos ancianos de los Países Bajos se mostraron en desacuerdo con la medida, pero no estaba en sus manos cambiar la realidad. La ciudad alemana de Bocholt, cerca de la frontera con Holanda, tiene un asilo para mayores alemanes y holandeses y se ha convertido en refugio de todos aquellos que quieren escapar de una muerte "anticipada".

En Holanda mueren anualmente 4.000 personas a causa de una muerte “legalmente provocada”. Un estudio de la Universidad de Göttingen, realizado entre 7.000 casos de eutanasia, arrojó lo siguientes resultados: El 41% de estos casos está legitimado por el deseo de los familiares de acabar con el sufrimiento del paciente. En el 14% de ellos, el enfermo estaba consciente y con capacidad de juicio en los momentos previos a la muerte y el 11% estaba en situación de tomar la decisión pero no se les preguntó. La legalización de la eutanasia activa provoca el miedo en los mayores holandeses

Los médicos dicen que la razón principal para aplicar el tratamiento de muerte asistida es la falta de expectativas para una recuperación del enfermo. El 60% de las muertes está condicionado por esta razón. Como segunda causa, los médicos dicen que es la incapacidad de los familiares para continuar con la situación del enfermo hasta el final. Con esta causa se justifican el 32% de los casos en Holanda.

Pioneros de la muerte asistida

Holanda fue el pionero en la legalización de la eutanasia y los requisitos para que a un enfermo se le pueda aplicar la eutanasia, están claramente recogidos en la ley. Se trata de una comisión formada por un jurista, un médico y un especialista en ética que juzgarán si la muerte asistida se debe aplicar al enfermo o no. Se tiene que dar la ausencia de cualquier tratamiento sustitutivo, que mejore el estado del paciente y el médico está obligado a pedir una segunda opinión a un colega.

La legislación holandesa dice en su texto que sólo se les puede aplicar a los pacientes cuyo sufrimiento es insoportable y sin perspectivas de mejora. Esta cláusula legal parece que no deja libertad de intrerpretación pero la realidad es muy distinta. Es una cláusula de interpretación abierta ya que basta únicamente que el enfermo haya expresado varias veces su deseo de morir para sentar una base legal y ser conducido a la muerte. Por esta razón, los abuelos holandeses han perdido incluso la confianza en sus propios médicos y cada vez hay más mayores que se ponen en manos de especialistas alemanes, porque no confían en sus conciudadanos. Una verdad dura de asimilar que hace pensar a los mayores en la huída, ante una muerte decidida por las personas más cercanas.