Inaugurado museo para artistas víctimas de persecuciones
9 de diciembre de 2015En el Museo de Arte de la ciudad de Solingen, un museo provincial hasta ahora dedicado a los artistas de la región, el Centro para Arte Perseguido abrió sus puertas con exposiciones de dibujos, esculturas y pinturas que reflejan vidas y trabajos de artistas perseguidos por el régimen nacionalsocialista. Para su director Rolf Jessewitsch, un sitio donde también se mostrarán las consecuencias de la persecución contra la creación artística.
En su estreno, la institución contó con obras de artizas conocidos como Else-Lasker-Schüler, Otto Pankok o Georg Meistermann, además de otros menos conocidos como Carl Rabos u Oscar Zügel, este último autor de una versión cubista del ministro de Propaganda nazi Joseph Goebbels.
Además de las obras del nacionalsocialismo, el centro aspira a dar una interpretación amplia a la palabra “persecución”, y expondrá trabajos de otros artistas como los perseguidos bajo el régimen de la Republica Democrática Alemana. Por ejemplo, Karl Ortelt, que se negó a seguir la corriente del realismo socialista y terminó perdiendo su cátedra en Weimar. “Para nosotros es interesante ver cómo desde la opresión se crea una estética de la persecución”, aclaró el director Jessewitsch.
De cara al futuro, el museo pretende aumentar su potencial con muestras más actuales como “Spots of Light”, show multimedia del israelita Yad Vashem, que representa el destino de 45 mujeres víctimas del terror nazi. Otra exposición titulada “La muerte no tiene la última palabra”, muestra cómo algunos artistas de Israel, Polonia y Alemania interpretan la maquinaria nazi en la actualidad, 70 años después de la liberación de Ausschwitz.
La idea este museo partió del periodista Hajo Jahn, presidente de la sociedad Else-Lasker-Schüler, y para su fundación han colaborado la ciudad de Solingen y la Asociación Comunal LVR. La importancia de este proyecto ya se dejó ver desde la inauguración, para la que el presidente del Bundestag, Nobert Lammert, se desplazó hasta Solingen en plena crisis de los refugiados. Además del discurso, Lammert llegó con un cheque de un millón de euros para la adquisición de obras de arte.