Irak: "Seguridad mundial en peligro"
14 de noviembre de 2003"¿Cuántos muertos más serán necesarios para comprender que es imprescindible un cambio en la manera de acometer el problema?" La pregunta la formuló el ministro de Relaciones Exteriores francés, Dominique de Villepin, este jueves, en relación con el último atentado que causó la muerte de al menos 15 italianos y 13 iraquíes en la localidad de Nasiriya, en el sur de Irak. No se trata de echarle en cara a Estados Unidos que no faltaron advertencias acerca de la crisis que podría acarrear la guerra, ni de subrayar que a todas luces la "vieja Europa" tenía razón, sino de buscar una salida.
Sondeos en Washington
Al margen de la consternación y el duelo manifestado por las diversas cancillerías europeas, cunde la convicción de que es efectivamente necesario hacer algo para evitar que Irak marche hacia el despeñadero. El jefe de la diplomacia alemana, Joschka Fischer, habló de "una evolución que nos tiene muy preocupados" y anunció que la próxima semana sondeará en Washington cómo se desarrolla allí la discusión sobre la forma de estabilizar Irak.
Ciertamente, a estas alturas no basta con la clásica reacción de afirmar que no se dará marcha atrás ante el terrorismo, ni con aseverar que se continuará con los planes previstos, como lo hiciera el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. Si bien, en vista del duelo general, el debate sobre las implicaciones políticas de la invasión de Irak ha pasado de momento a segundo plano en Italia, de seguro volverá a plantearse una vez superado el shock. Tampoco bastará con incrementar las tropas, alternativa que Londres no descarta de acuerdo a lo indicado por el ministro de Relaciones Exteriores, Jack Straw.
La opción multilateral
De hecho, en el propio gobierno estadounidense parece estar dispuesto a cambiar de estrategia para controlar la situación y, según reconoció el secretario de Estado, Colin Powell, se está analizando todo tipo de posibilidades. Lo que se requiere es un nuevo planteamiento de fondo que, a juicio de Francia y Alemania, debería pasar por acelerar el restablecimiento de la soberanía iraquí, bajo el control de la ONU.
El jefe de la diplomacia de París ya ha extendido la mano a Washington, ofreciendo su solidaridad. De Villepin manifestó su disposición a colaborar y participar en todo tipo de encuentros y deliberaciones, ante la convicción de que lo que está ocurriendo en Irak concierne a toda la comunidad internacional. De hecho, en su opinión, lo que está en juego es la "seguridad del mundo". En consecuencia, subrayó que los problemas sólo podrán ser resueltos "política y colectivamente". Quizá las dolorosas experiencias de los últimos tiempos induzcan también finalmente a Estados Unidos a aceptar que esa es la única salida.