Irlanda traspasará presidencia de la UE a Lituania
29 de junio de 2013Se trata de un gran desafío para una nación que perdió a un quinto de su población tras independizarse de la Unión Soviética y cuyos habitantes –sólo tres millones de personas viven allí– siguen percibiéndose como ajenos a la UE. Lituania se adhirió al bloque hace diez años, pero no a la eurozona: la moneda local sigue siendo la litas.
El reto es aún mayor porque la gestión de Lituania al frente del Consilium será comparada inevitablemente con la de su predecesor, Irlanda, que se lució entre el 1° de enero y el 30 de junio de 2013 como un habilidoso mediador. Después de todo, Irlanda ya ha presidido la UE en siete ocasiones. De ahí que el politólogo Ramunas Vilpisauskas le augure dificultades al Gobierno de Vilna a la hora de enfrentarse a negociaciones complejas de escala continental. “Para ser visto con credibilidad, Lituania deberá anotarse algunos éxitos”, dice el experto.
“Me refiero a éxitos en los temas que Lituania mismo defina como prioridades de su administración”, aclara Vilpisauskas, director del Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad de Vilna, en entrevista con DW. Esos tópicos, por cierto, ya están claramente establecidos: el abastecimiento energético y el desarrollo económico en el área en torno al mar Báltico. Este último punto se entrelaza con otra materia importante para Lituania: defender las fronteras exteriores de la UE y al mismo tiempo acercar al bloque comunitario a sus vecinos de Europa del Este.
Acercando a dos Europas
Buscando estrechar esos vínculos, Vilna acogerá a los miembros de la Asociación Oriental –Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Georgia, Moldavia y Ucrania– en una cumbre que se realizará en noviembre de 2013. Lituania se arrogaría una victoria en el marco de ese evento si consiguiera que Ucrania firmara un acuerdo de asociación con la UE. De momento, eso luce muy improbable debido a la complejidad de la situación política en territorio ucraniano. Bruselas critica duramente la “Justicia selectiva” que allí se practica, aludiendo al encarcelamiento de la ex jefa de Gobierno Julia Timoshenko.
“Las posibilidades de Lituania de influir sobre los sucesos políticos de Ucrania son muy limitados”, sostiene Vilpisauskas. Lo que Lituania tiene a su favor es el talante europeísta de su presidenta, Dalia Grybauskaite, quien acaba de recibir el Premio Carlomagno en la ciudad alemana de Aquisgrán y cree en el poder de la diplomacia. “Si Europa no consigue persuadir a estos países de hacer más por la democracia y los derechos humanos, ellos no harán nada por su cuenta. Tenemos que presionarlos, tenemos que ayudarlos”, dijo Grybauskaite a DW.
Materias pendientes
Aunque Irlanda ha sido elogiada como timonel de la UE, son muchos los asuntos que quedaron pendientes. “Casi el 85% de nuestra agenda lo heredamos de nuestros predecesores”, comenta la jefa del Estado lituano. La crisis financiera europea y la creación de una unión bancaria comunitaria son dos de esos puntos. Setenta leyes distintas alusivas al presupuesto 2014-2020 de la UE deben ser aprobadas. Y el más reciente miembro del bloque, Croacia, debe ser integrado a ese proceso. Por si fuera poco, en mayo de 2014, todo debe estar listo para las elecciones del Parlamento Europeo.
Cada seis meses, uno de los veintisiete Estados miembros del bloque comunitario asume la presidencia del Consejo de la Unión Europea. Esta institución reúne a los representantes de los Gobiernos nacionales y cumple funciones políticas, legislativas y presupuestarias, junto con el Parlamento Europeo y la Comisión Europea. Por su nombre, muchos ciudadanos comunitarios tienden a confundirlo con el Consejo Europeo, que congrega a los jefes de Estado y de Gobierno del bloque, y con el Consejo de Europa, una organización ajena a la UE.
Autores: Monika Gribela / Evan Romero-Castillo
Editor: José Ospina Valencia