Irán propone mediación de Alemania
2 de mayo de 2006El papel que Alemania puede desempeñar en los esfuerzos por superar el conflicto con Irán ya había sido reconocido en el ámbito internacional. No en vano los representantes germanos se han sumado a las discusiones sostenidas en el selecto círculo de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, que este martes prosiguieron en París. Pero ahora también desde Teherán se plantea el deseo de que Berlín asuma un rol preponderante para resolver este candente dilema.
Bases positivas
El presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del parlamento de Teherán, Alaedin Borucherdi, señaló explícitamente que "dadas las buenas relaciones bilaterales, Alemania podría asumir un papel de vanguardia para sacar la pugna nuclear del callejón sin salida". Tras reunirse en la capital iraní con su homólogo alemán, Ruprecht Polenz, el parlamentario, catalogado de conservador, destacó ante la prensa que Irán no tiene problemas "políticos ni económicos con Alemania", lo cual constituye una buena base.
Más aún: Borucherdi indicó que había formulado una propuesta y esperaba en breve una respuesta germana. No entregó detalles concretos al respecto, pero insinuó que el parlamento iraní podría ratificar el protocolo complementario del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, en virtud del cual admitiría visitas de inspectores internacionales sin previo aviso. Esto, a cambio de que la comunidad internacional reconozca el derecho de Teherán a desarrollar su programa atómico, incluyendo el enriquecimiento de uranio.
Moderador de facto
Difícil resulta predecir si tal idea podría concretarse y si tendría alguna posibilidad de prosperar. De hecho, en círculos del gobierno de Berlín no se quiere hablar de una mediación alemana. Pero, en realidad, Alemania ya ha optado por una diplomacia activa en la materia. La canciller Angela Merkel tendrá oportunidad de seguir poniéndola en práctica este semana en su visita a Estados Unidos, durante la cual el tema de Irán ocupará un lugar destacado en la agenda.
Los objetivos de Angela Merkel son claros: en primera línea, evitar que la comunidad internacional vuelva a dividirse profundamente como ocurrió en el caso de Irak. La jefa del gobierno alemán considera fundamental mantener a Rusia y China en la vereda Occidental, para poner coto a las aspiraciones nucleares iraníes. Y, desde luego, está consciente de que igualmente necesario será contener los impulsos estadounidenses de actuar por cuenta propia, saliéndose del marco de la ONU si ésta no secunda sus intenciones. En consecuencia, de facto estaría asumiendo un papel moderador. Y, si la confianza que Teherán dice depositar en Berlín permite a fin de cuentas abrir una vía al entendimiento, no debería desecharse a priori, por mucho que Alemania deba acostumbrarse todavía a jugar en la primera división internacional.