Israel: no hay triunfo sin aliados
28 de marzo de 2006
Pese a una campaña aburrida y pusilánime en Israel se espera con ansiedad los primeros conteos de la votación. Desde hace semanas Ehud Olmert y el partido de centro Kadima, fundado por el ex primer ministro Ariel Sharon el año pasado antes de que cayera en estado de coma, prácticamente tenían asegurada la victoria. Se estima que Kadima podría alcanzar hasta 35 de los 120 escaños de la Knesset.
El mayor rival político de Olmert, el jefe del partido Laborista, Amir Peretz, señalizó su respaldo a Olmert para conformar una coalición. Sin embargo, aunque el partido Laborista alcance 20 escaños convirtiéndose en la segunda fracción más fuerte del parlamento Olmert necesitaría todavía un tercer aliado, lo que supone para Kadima una situación de vulnerabilidad. En los 48 años desde la fundación de Israel casi todos los gobiernos han fracasado debido a que los pequeños partidos, necesarios como bisagras para conformar un gobierno, han terminando doblegando a los grandes partidos con sus particulares demandas.
Coalición sin Netanjahu
Una coalición de Kadima con el partido nacionalista conservador Likud, bajo liderazgo de Benjamín Netanyahu parece imposible. Netanyahu se opone rotundamente al desalojo de asentamientos judíos en la Franja de Gaza como se propone impulsar Olmert. El líder del partido Likud argumenta que toda vez que el desalojo no fue pactado con los palestinos, grupos terroristas palestinos creen que fue la Intifada lo que obligó a Israel a retirarse de los territorios ocupados. Para Netanyahu, los desalojos son una recompensa para Hamás.
Olmert tiene el propósito de continuar los desalojos no para atender las demandas de palestinos, sino por consideraciones pragmáticas. No se trata de trasladar a todos los 250 000 colonos judíos de la Franja de Gaza sino remover a unos 10 000, trasladándolos a enclaves mas grandes. El plan de Olmert prevé así concluir en el 2010 la delimitación de las fronteras de Israel.
Recelo palestino
Por su parte, los palestinos critican que Olmert intenta negarles un Estado viable y que con su plan tratará de anexarse el territorio que Israel ocupó en la guerra de 1967. Olmert, sin embargo, señala que se trata de un último recurso para intentar avanzar en el plan de paz llamado "mapa de ruta", que es respaldado internacionalmente. En todo caso, los resultados de las elecciones serán decisivos y son esperados con emoción toda vez que es la quinta votación de una década en donde ningún partido ha ganado nunca los votos suficientes para formar un gobierno de mayoría por sí solo, sino conformando coaliciones que han resultado frágiles.