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Krastev: "Los meses más difíciles de la historia de la UE"

Alexander Andreev
13 de septiembre de 2022

El politólogo búlgaro Ivan Krastev no cree en un rápido fin de la guerra en Ucrania. Y ve a la UE ante grandes desafíos: refugiados ucranianos, crisis financiera, inflación…

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Un soldado ucraniano ayuda a un camarada herido en la región de Járkov.
Soldados ucranianos en una zona reconquistada en la región de Járkov.Imagen: Kostiantyn Liberov/AP/picture alliance

DW: Sr. Krastev, el ejército ucraniano está logrando éxitos militares notables en su contraofensiva contra las tropas rusas. ¿Está cerca el fin de la guerra en Ucrania?

Ivan Krastev: Las guerras de las últimas décadas nunca han tenido un verdadero final. Las acciones bélicas simplemente se han congelado en algún momento. Es probable que eso ocurra también en esta guerra. Probablemente haya una tregua, pero no una verdadera paz. Según escuchamos y leemos, Rusia prepara "referendos independentistas” en las áreas controladas por Moscú, lo que equivale de facto a la anexión de esos territorios. Bajo tales condiciones, es imposible llevar a cabo negociaciones de paz.

La propaganda rusa sostiene que Rusia ya derrotó hace tiempo a Ucrania y ahora lucha contra la OTAN, que usa a los ucranianos como carne de cañón. ¿Tiene razón Moscú?

En todas las guerras, ambos bandos reclaman el triunfo. Rusia inició esta guerra como una "operación especial”, convencida de que en pocas semanas no existiría ya una Ucrania prooccidental. En este sentido, Rusia ya ha perdido, porque no ha logrado ese objetivo. La afirmación de que en Ucrania se lucha en el fondo contra Occidente intenta responder dos preguntas. Primera: ¿Por qué matan los rusos en Ucrania a personas con las que hasta hace poco convivían? Y segunda: ¿Por qué Rusia no tiene la esperada superioridad militar? La única explicación que parece plausible es, en ambos casos, que Rusia lucha contra todo Occidente. Esa tesis reza: Occidente engañó a Rusia, Rusia es la víctima y no el agresor.

Ese lugar común de la Rusia buena contra la malvada Ucrania y Occidente parece estar ampliamente difundido. ¿Piensan así todos los rusos?

Presentar a Rusia como el ”pueblo elegido”, que siempre salva al mundo, no es nada nuevo. Lo nuevo es que esta idea ya no prende en la sociedad rusa. Allí ha surgido una sociedad de consumo que está dispuesta a aceptar operaciones militares en el área postsoviética, pero no la idea de un autosacrificio misionero. Justamente por eso, el Gobierno ruso intenta aislar a la gente de las grandes ciudades de lo que ocurre en la guerra.

Usted dice que ha surgido una sociedad de consumo. ¿Surten efecto allí las sanciones?

A mediano plazo, surtirán de seguro un efecto, pero no influyen en la vida cotidiana de la gente común. Solo se ve afectada la elite económica, es decir, los cerca de diez millones de rusos que viajan al exterior.

Y ¿quién es el ganador? Otro lugar común de la propaganda de Moscú sostiene que el único ganador es Estados Unidos. ¿Hay algo de eso?

Sí, la propaganda rusa afirma incansablemente que todo lo que ocurre en el mundo es provocado por Estados Unidos y, a fin de cuentas, conduce a una ganancia para Estados Unidos. En realidad, sin embargo, el perjuicio económico provocado por esta guerra es mucho más dolorosamente perceptible en Europa que en Estados Unidos. (…) Al decir que Estados Unidos es el que gana con esta guerra, Moscú intenta introducir una cuña entre Bruselas y Washington. La propaganda rusa lo repite siempre: los precios del petróleo y el gas suben en la UE, pero Estados Unidos no se ve afectado y vende su gas licuado.

También vende sus armas.

En el caso de Ucrania, las armas más bien se regalan. Sí, las armas estadounidenses y Estados Unidos son efectivamente un factor clave en esta guerra. Pero el relato ruso intenta darle otra interpretación: que Estados unidos no solo está involucrado, sino que quiso esta guerra y la inició. Pero este relato no es nada convincente. Antes del ataque ruso, Estados Unidos estaba dedicado estratégicamente por completo a China e hizo todo lo imaginable para evitar esta guerra.

¿Qué efecto tendrá esta guerra en la próxima elección presidencial estadounidense?

Estados Unidos está dramáticamente dividido en muchos aspectos, y Ucrania no está en el centro del debate público allí. Lo determinante serán las elecciones parlamentarias de noviembre. Hasta hace dos meses, parecía que los demócratas iban a perder ambas cámaras. Eso habría fortalecido mucho la posición de Donald Trump.

Uno puede imaginar cómo un futuro presidente Trump afirmaría alegremente que la guerra de Ucrania fue la guerra de Biden. Pero si los demócratas siguen conservando el Senado y la Cámara de Representantes, se les planteará a los republicanos la interrogante de si Trump sería el candidato adecuado. Por lo demás, los demócratas esperan que se postule a Trump porque, desde su punto de vista, es el más fácil de derrotar.

Se ha dicho reiteradamente que Estados Unidos y Rusia están al borde de una guerra nuclear. ¿Lo ve usted también así?

Ese peligro existe, pero de momento no es tan serio. Lo único que consiguen conjuntamente por ahora los rusos y los estadounidenses es evitar una escalada nuclear. Pero el gran riesgo son las plantas nucleares ucranianas.

Los combates se desarrollan en una peligrosa cercanía y un desperfecto o un error humano podrían llevar a consecuencias dramáticas. El uso de armas atómicas solo se volvería más probable en el caso de un gran triunfo militar ucraniano. O si Kiev intentara recuperar Crimea.

¿Qué impacto tendrá esta guerra en la UE?

En primera línea, ha llevado a una consolidación de la UE. La posición de los gobiernos, y también de la ciudadanía, llevó a imponer sanciones sin precedentes a Rusia. El respaldo a Ucrania sigue siendo grande pero, entretanto, crecen también las tensiones en la UE y dentro de algunos de sus países. Temo que los próximos seis meses serán los más difíciles de la historia de la UE.

El politólogo Ivan Krastev.
Ivan Krastev es politólogo y director del Centro de Estrategias Liberales de Sofía.Imagen: Nadezhda Chipeva

Ahora pagamos un precio enorme por la guerra, pero la UE sufrió ya antes otras crisis. En este sentido, la guerra me parece como una especie de COVID prolongado: las crisis se repiten en la UE. Ahí está nuevamente la crisis de los refugiados, de Ucrania ya ha llegado a Europa el doble de refugiados que durante la guerra de Siria. También está nuevamente ahí la crisis financiera, hay peligro de inestabilidad e inflación, porque, tanto durante la pandemia como ahora, debido a los crecientes precios de la energía, los gobiernos y la UE han aplicado enormes inyecciones financieras.

Europa y Japón deben gastar actualmente cerca de 100.000 millones de dólares más al mes en energía que hace un año. Esa inmensa carga financiera genera grandes problemas. Y las sociedades ya están cansadas. (…)

Pero eso aún no es lo peor. Hasta ahora, en todas las crisis, Alemania fue un factor de estabilidad. Pero ahora Alemania se cuenta entre los países más afectados económicamente por la crisis. Más allá de lo anterior, la legitimidad moral de Alemania se está poniendo en duda, especialmente por parte de los bálticos y polacos, pero también de los checos. Ese cambio de postura frente a Alemania, y también a Francia, dificulta adicionalmente los esfuerzos para salir de esta gran crisis.(ms)

El politólogo búlgaro Ivan Krastev es director del Centro de Estrategias Liberales de Sofía y académico del Instituto de Ciencias Humanas (IWM) de Viena.