Japón: ¿qué daños puede causar la contaminación por radiación?
17 de marzo de 2011El temor por la salud humana aumenta alrededor de la crisis nuclear en la planta Fukushima-Daiichi o Fukushima I, en Japón. Al menos dos reactores (el 3 y el 4) emiten partículas radioactivas a la atmósfera, sin que se avizore la refrigeración exitosa de sus piscinas de desechos radioactivos, para evitar así una fusión de sus núcleos y una emisión masiva de radioactividad.
La radioactividad no puede verse, olerse o saborearse. Pero puede ser absorbida por inhalación o través de la piel. En dependencia de la duración e intensidad con que los seres vivos se hallen expuestos a ella, puede resultar mortal.
Cáncer de tiroides, tumores, leucemia aguda, enfermedades oculares, trastornos psíquicos y genéticos son sólo algunas de las peores consecuencias que una intensa exposición a radiaciones puede provocar en la salud humana. Dosis masivas absorbidas en corto tiempo pueden provocar la muerte en pocos días, incluso en escasas horas.
Yodo radioactivo
El Gobierno japonés ha distribuido píldoras de yoduro de potasio a los ciudadanos de las áreas afectadas que rodean directamente la estación nuclear de Fukushima. Las mismas píldoras “anti-radiación” cuya venta se disparó en Alemania y Estados Unidos en los últimos días.
Ingerida la píldora antes de la exposición a radiaciones, los altos niveles de yodo pueden evitar que las partículas del yodo radioactivo se instalen en las células del cuerpo humano.
Ello prevendría el cáncer de tiroides, provocado fundamentalmente por la exposición a los isótopos radioactivos yodo-131 y yodo-132. Pero el efecto de las píldoras dura apenas unos días y sólo ayuda antes, no después de la exposición a radiaciones.
Cesio y estroncio
Quienes viven en las cercanías de de Fukushima I podrían hallarse, además, bajo riesgo de exposición al estroncio-90 y cesio-137. Una vez acumulados en el tejido óseo, estos elementos radioactivos elevan el riesgo de cáncer.
El cuerpo es incapaz de distinguir estas peligrosas sustancias del calcio y las incorpora a procesos fisiológicos del tejido óseo y muscular. La producción de componentes sanguíneos en la médula ósea puede salirse de control bajo el efecto del estroncio-90 y provocar leucemia, cáncer de la sangre.
Daños genéticos: recuerdo de Hiroshima y Nagasaki
La exposición intensa a partículas radioactivas puede causar también daños genéticos significativos, como ocurrió a muchas víctimas de la bomba atómica lanzada sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki al final de la Segunda Guerra Mundial. Muchos niños con horribles deformaciones nacieron en los años subsiguientes.
Igualmente, más de 20 años después de la catástrofe en la central nuclear ucraniana de Chernóbil, en abril de 1986, la tasa de cáncer se ha elevado alrededor del 40 por ciento en las regiones más afectadas. Unas 25.000 personas han muerto sólo en Rusia entre quienes trabajaron en las labores de rescate y recuperación, indican estimados.
¿Con agua y jabón?
La pregunta decisiva ante la exposición a radiaciones es si se trata de contaminación o incorporación. En casos de contaminación las partículas se depositan sobre el cuerpo o en la ropa. Aunque parezca banal, esos elementos pueden lavarse con agua y jabón. Ante una incorporación en el cuerpo humano, por el contrario, es prácticamente imposible removerlos.
Los científicos miden la exposición a radiaciones en milisieverts (mSv). Según la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. basta la exposición a entre 50 y 100 mSv durante un corto período de tiempo para provocar cambios en la química sanguínea, 750 mSv pueden llevar a la pérdida de cabello en 2 semanas y 1.000 a una hemorragia. 4.000 mSv pueden causar la muerte en dos meses si no hay tratamiento.
Los seres humanos están constantemente expuestos ciertos niveles “naturales” de radiación de entre 1 y 30 mSv al año por exposición (en aviones o por radiografías, tomografías computarizadas y resonancias magnéticas). De acuerdo con la germana Oficina Federal de Protección contra Radiaciones (BfS), la exposición promedio en un año en Alemania ronda actualmente los 2,1 mSv.
Esta semana, tras explosiones e incendios en los reactores 3 y 4 de Fukushima, las autoridades reportaron mediciones de entre 3,7 y 4 mSv por hora cerca en las cercanías de los reactores. En Tokio, según la agencia de noticias Reuters, las últimas mediciones publicadas no rebasaban aún 1 microsievert (milésima parte de 1 mSv).
Autor: Gudrun Heisse / Rosa Muñoz Lima (dpa, rts)
Editor: Enrique López Magallón