Jean-Claude Trichet, el máximo guardián del euro recibe Premio Carlomagno
2 de junio de 2011Desde que asumiera su cargo como presidente del Banco Central Europeo (BCE) en noviembre del 2003 ha abogado por la creación de instituciones de control que puedan trabajar de forma consecuente en la región euro. En Aquisgrán, Jean-Claude Trichet aprovechó la ocasión solemne para ponerle nombre a la institución que, en su opinión, debería crearse como garante en tiempos de crisis: Ministerio Europeo de Finanzas.
El “guardián del euro” recalcó la urgencia de frenar la crisis de deuda en países como Grecia y propuso crear un mecanismo con el que la Unión Europa pueda intervenir directamente en caso de que los países que reciban ayuda financiera no se atengan a las directrices y pongan en peligro con ello al bloque europeo en su conjunto. Un mecanismo de este tipo podría restablecer el equilibrio entre la independencia de los países y la dependencia del conglomerado de la actuación individual.
Ministerio de Finanzas de la UE
El caso de Grecia, que se encuentra ante la disyuntiva de tener que reforzar aún más su controvertido programa de ahorro para poder acceder a un paquete de ayuda de 100 mil millones de euros por parte de la UE y el Fondo Monetario Internacional, sirve a Trichet para apuntalar su demanda de reformar radicalmente la política financiera europea.
Desde el 2007 viene advirtiendo sobre la crisis financiera. Por medio de mecanismos como la reducción de tasas de interés ha tratado de crear una base fuerte para contrarrestar el debilitamiento del euro. En su opinión es hora de dar un paso más y darle más poder a la Unión Europea.
En momentos graves se debe trasladar la responsabilidad político-presupuestaria nacional a una institución central europea, dijo en Aquisgrán. Este ministerio europeo de Finanzas entraría en función sólo si los países amenazados de quiebra no logran, en un primer nivel, aplicar las correcciones pertinentes por sí mismos.
El modelo de dos niveles permitiría otorgar a los países con problemas financieras apoyo bajo estrictas condiciones controlables por parte de los estados miembros. Si el éxito no se concreta, la UE tendría la posibilidad a través de esta institución de intervenir directamente en los asuntos económicos del país.
El euro después de Trichet
El hoy galardonado Trichet, de 68 años, no se cansa de recordar que cuando se decidió la introducción de una moneda única se creó una dependencia mutua muy fuerte que obliga a todos los países de la zona euro a apoyar a aquel miembro que se encuentre en dificultades. “Es deber del resto de los países miembro no sólo supervisar el equilibrio político económico financiero, sino también apoyar el equilibrio cuando es necesario”.
En Aquisgrán su exhortación a dar a las autoridades del área euro mayores posibilidades en la estructuración de las políticas económicas de un país si éstas se desvían de forma perjudicial no sólo cosechó aplausos sino que dio un impulso inmediato al euro en las bolsas internacionales.
El periodo de Jean Claude Trichet a la cabeza del BCE finaliza en octubre próximo. Sin duda su pragmatismo y su inquebrantable confianza en el futuro de la idea europea, ha empujado al euro a través de la crisis. A la luz de la amenaza de abandono de la zona euro por parte de algunos países en dificultades, apuntalar este sentimiento de pertenencia cobra aún más importancia.
El que Trichet y en su nombre el BCE reciban el Premio Carlomagno, uno de los premios europeos más importantes, tiene una importancia más que simbólica.
Autora: Claudia Herrera Pahl
Editora: Emilia Rojas Sasse