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Jerusalén Este: ¿callejón sin salida?

Nastassja Shtrauchler (VT/PK)14 de octubre de 2015

37 muertos en dos semanas: con diferentes medidas de castigo e intimidación, el Gobierno israelí pretende recobrar el control tras la reciente ola de violencia.

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Imagen: Getty Images/AFP/M. Kahana

La policía israelí ha empezado ha bloquear los accesos al barrio palestino de Jabel Mukaber, en Jerusalén Este, donde aparentemente vivían los dos hombres que el martes pasado (13.10.2015) asesinaron a dos personas en un autobús israelí. Según la edición online del diario Jerusalem Post, el Gobierno israelí planea bloquear más barrios palestinos en las próximas horas.

Ingrid Ross, directora de la Fundación Friedrich Ebert en Jerusalén Este, dice que como consecuencia de esta medida muchas personas están atrapadas sin poder salir de sus barrios. En muchos casos, cuenta, solo hay una o dos vías de acceso, por lo que muchos niños que van a la escuela en otra parte de la ciudad ya no pueden asistir a clases. Además, muchas personas no pueden ir al trabajo. “Creo que esto solo agravará la situación”, opina Ross, en entrevista con DW. De acuerdo con la directora, solo aumentará la desconfianza entre los judíos israelíes y los palestinos.

Una reciente ola de violencia en Israel se ha cobrado la vida de 37 personas.
Una reciente ola de violencia en Israel se ha cobrado la vida de 37 personas.Imagen: Reuters/R. Zvulun

Medidas de castigo e intimidación

Desde principios de octubre, una ola de ataques con cuchillos y armas de fuego, que se ha cobrado la vida de siete israelíes y 30 palestinos, sacude el país. Aparte del bloqueo de Jerusalén Este, ha aumentado la presencia militar en las ciudades israelíes. 300 agentes de seguridad adicionales se encargarán de garantizar la seguridad en los medios de transporte públicos. Asimismo, el Ejército israelí destruirá las casas de los autores de atentados. Además, el Gobierno israelí anunció que retirará el permiso de residencia para Jerusalén a aquellos palestinos que perpetren un atentado.

Según Ingrid Ross, estas medidas revelan una cierta impotencia del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. “Trata de apagar incendios. Sin embargo, no pareciera tener una estrategia a largo plazo”, dice la directora de la Fundación Friedrich Ebert.

Una ciudad, dos realidades

Ross señala que muchos barrios palestinos de Jerusalén Este han sido desatendidos en las últimas décadas. Una infraestructura y, en parte, un suministro de agua deficientes han provocado que muchos habitantes de estos barrios se sientan como ciudadanos de segunda clase. Además, los 300.000 palestinos que trabajan en el oeste de la ciudad son confrontados cada día con otra realidad mucho mejor. En opinión de la experta, durante muchos años los palestinos han acumulado su descontento al respecto.

También Sari Bashi, directora de Human Rights Watch en Israel y Cisjordania, critica las medias del Gobierno israelí. Bashi califica el bloqueo y la introducción de nuevos puestos de control de “abuso”. Al bloquear el acceso a Jerusalén Este, se limita el derecho a la libertad de movimiento de los palestinos, explica en declaraciones al Jerusalem Post.