Joachim Gauck: oda a la libertad

Joachim Gauck nació bajo la dictadura comunista de la Alemania Oriental y siempre fue considerado terco e impredecible, así lo demostró siendo presidente de Alemania. Como cuando abogó abiertamente por reparaciones por los crímenes nazis en Grecia, mientras el Gobierno evadía el tema. O cuando llamó por su nombre el genocidio de los armenios por parte de Turquía, mientras el Gobierno aún se mostraba indeciso. ¿Qué tanta puede ser la injerencia del presidente alemán en la política nacional? Gauck camina sobre la cuerda floja cuando insta a un mayor compromiso militar de Alemania.

Una institución que lleva su nombre

Nacido en 1940 en Mecklenburg, Gauck no sólo es admirado por su elocuencia. En toda Alemania, pero sobre todo en Occidente, es respetado por su carácter de cura de palabras claras y directas y goza de más credibilidad que los políticos del establecimiento.

Las opiniones se dividen sobre el trabajo de Gauck como "representante especial para los documentos personales relacionados con la antigua Stasi", un cargo que tuvo durante 10 años. Mientras en la parte occidental de Alemania es admirado, en el territorio de la antigua Alemania socialista es fuertemente criticado porque, supuestamente, "dejó de ser administrador para convertirse en acusador”, Unas críticas que provenían, sobre todo, de los antiguos privilegiados de la dictadura.

Joachim Gauck estudió teología y como pastor luterano se dedicó al trabajo juvenil, siempre observado con desconfianza por la Stasi (Policía Secreta de la RDA), que veía en él un "incorregible anticomunista" que se escondía tras su trabajo por la paz.

En otoño de 1989 se unió al movimiento de derechos civiles "Nuevo Foro", convirtiéndose en diputado de la primera Cámara Popular libremente elegida. De allí salió a dirigir los archivos de la Stasi, una institución que "contribuyó a deslegitimar las dos dictaduras alemanas del siglo XX”, como lo dijo el mismo Joachim Gauck.

Maestro ambulante de la democracia

Uno de sus temas favoritos siempre ha sido la libertad, sobre la que escribió durante doce años con la convicción de alguien que nació y creció bajo una dictadura y ha tenido la oportunidad de valorar lo que es vivir en libertad. La reconciliación con los países vecinos de Alemania fue otra de sus prioridades como presidente de Alemania. Las imágenes de sus viajes lo dicen todo: Gauck en Polonia, en Francia, Grecia y Ucrania, todos lugares en los que los nazis cometieron crímenes.

Al final de su mandato, se cierra el círculo de su actividad política. "Las semanas previas a la caída del Muro de Berlín, en 1989, siguen siendo la experiencia más importante de mi vida política", dijo Gauck en su despedida como presidente, justamente en el edificio de la institución que administra los archivos de la Stasi. Y concluyó con una frase contundente: "La libertad es preciosa, pero la liberación es más emocional".

Bernd Gräßler / Kay-AlexanderScholz