John McCain: gran político y líder independiente

Cuando John McCain regresó al Senado en julio de 2017, poco después de conocerse su diagnóstico de cáncer, ofreció un discurso digno de ser recordado. El senador sirvió en su cargo más de 30 años. "¿Qué mejor idea podemos aspirar para servir...", preguntó retóricamente, "...que contribuir a que Estados Unidos mantenga sólida y viva la llama de la libertad, que ser los defensores de la dignidad de las personas, de su derecho a la libertad y la igualdad de derechos?"

La apasionada forma con la que McCain planteó esta pregunta retórica habría sonado exagerada, cursi y hasta patética en boca de otro político. Pero, pronunciado por él, su discurso resume de forma precisa sus convicciones a lo largo de su larga carrera militar y política.

"Esta posición especial de Estados Unidos en el mundo fue el mantra de McCain", dice el embajador estadounidense retirado James Jeffrey, quien conoció a McCain en 1990 en la Conferencia de Seguridad en Múnich. "En aquel entonces, McCain ya tenía una mejor comprensión del contexto político mundial que cualquier otro funcionario estadounidense con el que haya trabajado nunca", afirma Jeffrey.

Servicio militar y cautiverio en Vietnam

El conocimiento que hizo único a McCain fue, sobre todo, la etapa anterior a su carrera política. Su padre y abuelo habían sido almirantes de cuatro estrellas, y John Sidney McCain siguió la tradición familiar. Asistió a la prestigiosa Academia Naval de la Marina de los EE. UU. y se convirtió en piloto naval. Cuando Estados Unidos fortaleció su participación militar en Vietnam, se ofreció como voluntario para el combate. Su avión fue derribado en 1967 en Vietnam y, gravemente herido, entró en cautiverio en Vietnam del Norte. Durante cinco años y medio permaneció como prisionero de guerra y fue torturado una y otra vez.

Un halcón en busca de paz

Las heridas de guerra que le dejó el cautiverio fue lo que motivó a McCain a abandonar su carrera militar y convertirse en político. En 1983 fue elegido para la Cámara de Representantes como republicano y en 1987 se trasladó al Senado, donde representó a su estado adoptivo de Arizona.

Durante su amplia carrera en el Senado de los EE. UU., McCain se convirtió en la figura principal de su generación en asuntos exteriores y de defensa. "John McCain fue uno de los miembros más capaces del Senado en el siglo XX y lo que llevamos del XXI," dice Mara Karlin, experta en seguridad de la Universidad Johns Hopkins, que ha asesorado a cinco ministros de Defensa. "Su liderazgo fue fundamental en muchos aspectos, sobre todo cuando se trataba de mantener el rumbo de los Estados Unidos después de la Guerra Fría y del 11 de septiembre", sostiene Karlin.

McCain fue siempre un firme defensor de la OTAN y en asuntos de política exterior fue considerado como un halcón en busca de soluciones en medio de intervenciones militares, como en el resurgimiento militar de Rusia con el presidente Vladimir Putin o la anexión de Crimea. Pero, además, era un promotor de la paz, dice Mara Karlin: "Él jugó un papel determinante para garantizar que el Gobierno de los Estados Unidos deje atrás el traumático recuerdo de la guerra de Vietnam y en impulsar una nueva relación con Vietnam. Este fue quizás su mayor logro".

Especialmente en asuntos exteriores, McCain nunca evitó hacer preguntas difíciles y expresar abiertamente su opinión. Esto no solo lo sintieron los demócratas, sino también a su propio partido. Por ejemplo, pese a que McCain respaldó la invasión de E.E. U.U. a Irak durante el Gobierno de Bush, posteriormente criticó esa guerra como una cadena de errores.

El punto culminante de la carrera política de John McCain llegó con la nominación de los republicanos como candidato para las elecciones presidenciales de 2008, en la que se enfrentó contra el demócrata Barack Obama y este último venció con claridad la contienda.

En contra de la línea del partido

Curiosamente, la decisión más importante de McCain como senador no tuvo nada que ver con política exterior o con seguridad. En el verano de 2017, seis meses después que asumiera el poder Donald Trump en su turbulenta presidencia y poco después de que fuera diagnosticado con un tumor cerebral, dio un voto decisivo en contra de la abolición del programa de salud "Obamacare". El pronunciamiento de McCain fue un duro golpe para el Partido Republicano y para Donald Trump.

En una declaración, después de su voto en el Senado, McCain cuestionó a su propio partido de respaldar solamente la abolición del "Obamacare" sin ofrecer algo mejor como alternativa. Y luego vino la frase que resume la ética de McCain: "Tenemos que hacer el trabajo duro que nuestros ciudadanos esperan y el que merecen".

En los últimos meses, McCain ya no estaba en el Senado, se mantuvo en terapia contra el cáncer en su casa en el estado de Arizona. Apenas el pasado viernes (24.8.2018) compartió con su familia su decisión de suspender el tratamiento. "Los avances de la enfermedad y el envejecimiento implacable han dado su sentencia", dijo la familia. "Con su fuerza de voluntad habitual", decidió dejar la quimioterapia. Un día después, John McCain murió a la edad de 81 años rodeado de su familia.

Autor: Michael Knigge (pana/MS)

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