Jorge Sampaio: "No hay alternativa para el diálogo"
28 de mayo de 2010El diálogo es indispensable para la paz, considera Jorge Sampaio, ex presidente portugués y líder de la Alianza de Civilizaciones, quien ve como “significativo” el acuerdo alcanzado entre Brasil, Turquía e Irán: “la sociedad internacional busca actualizar sus mecanismos de solución”, dijo a DW-WORLD.
Sampaio, presidió Portugal entre 1996 y 2006 y fue nombrado como Alto Representante de la ONU en 2007. Es en estas funciones que el ex presidente portugués llegó el pasado martes (24.05.2010) a Río de Janeiro, Brasil, para participar en el III Foro Mundial de la Alianza de Civilizaciones.
“Uniendo culturas, construyendo la paz” es el tema del evento, que se inauguró este viernes, con la presencia del Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, y los jefes de Estado de Brasil, Argentina, Bolivia y Turquía. El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, uno de los principales impulsores del Foro, canceló su visita este jueves, apremiado por los últimos eventos de la crisis económica que enfrenta en su país.
La Alianza de Civilizaciones, creada en 2005, representa la respuesta de la ONU a uno de los principales retos de la sociedad moderna: la diversidad cultural. En la entrevista con DW-WORLD, Sampaio se refiere también a la importancia de factores como la educación, la comunicación y las políticas públicas (gubernamentales) para lograr que culturas diferentes no se distancien, sino se conozcan, respeten y puedan disfrutar de la riqueza de un mundo multicultural.
DW-WORLD: El Foro de la Alianza de Civilizaciones es un evento bastante joven, ésta es apenas su tercera edición. ¿Por qué la ONU decidió crearlo? ¿Cuáles son sus principales metas?
Jorge Sampaio: El Foro es apenas un resultado de la existencia de la Alianza de Civilizaciones, que fue creada en 2005 por el entonces secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, con el apoyo de España y Turquía, como respuesta a las crecientes dificultades de relación entre culturas y religiones. Después de los eventos que tuvieron lugar en Nueva York, Madrid y otros lugares diversos, se sintió la necesidad de responder con una iniciativa que pudiese agrupar a países, ONGs y a la sociedad civil. Todos se unen en una respuesta diversificada para avanzar en las relaciones entre culturas y estimular el buen gobierno de la diversidad cultural, que se muestra como un asunto fundamental de nuestro tiempo.
Por eso la Alianza tiende a crecer. Hoy la integran 100 países y 20 organizaciones internacionales, con el objetivo de desarrollar asociaciones y actividades en los ámbitos de la educación, los medios, la juventud y las migraciones. Esas son las cuatro áreas de influencia centrales en las relaciones comunes y la apreciación de la diversidad. El Foro tiene una periodicidad anual. Después de Madrid, el segundo fue en Estambul y ahora en Brasil, puesto que se quiere enfatizar la naturaleza global de la Alianza y no localizarla siempre en torno a asuntos del Mediterráneo o del Oriente Medio.
¿Ese fue uno de los motivos para que esta tercera edición se realizara en Brasil?
Fue una oferta del Gobierno brasileño, significativa, aprobada por consenso. Por un lado, fue considerada una forma de reunir más experiencias y entablar contacto con la manera en que los pueblos y los gobiernos lidian con la diversidad. Además, el hecho de realizarse en América Latina resulta igualmente significativo y refuerza el carácter general de la Alianza.
La crisis en Europa removió a Grecia y reverbera ahora en otros países europeos. ¿Está esto también en el programa? ¿Se torna más difícil en estos momentos alcanzar las metas de la Alianza?
El tema no está en nuestro programa porque la Alianza tiene como objetivo fundamental construir puentes de entendimiento entre culturas diversas. Es una iniciativa política dedicada a los grandes temas de diálogo de las civilizaciones, del gobierno de la sociedad y de la diversidad cultural como elemento indispensable en la agenda política para una sociedad sustentable. O sea, no se trata sólo de economía, no es sólo lo social, no es sólo el medio ambiente, es también la diversidad cultural.
La Alianza pretende colocar en la agenda política la diversidad cultural. No es nuestro objetivo discutir la crisis europea; aunque es evidente que las dificultades económicas y la crisis que se vive en el mundo – no sólo en Europa, sino en todo el mundo desde 2008 – por supuesto que tornan estos asuntos más difíciles.
El mes pasado se realizó la conferencia de la Academia de la Latinidad en la Universidad de Córdoba, la reunión preparatoria para el Foro. Allí los participantes discutieron sobre la necesidad de comprender que la razón occidental no es el paradigma de civilización. ¿Está preparado Occidente para aceptar otros paradigmas?
En todas partes se buscan nuevos paradigmas. No hay soluciones listas para la complejidad del mundo moderno. Las consecuencias de la globalización, los asuntos climáticos graves, la pobreza, la diversidad cultural, los temas de política monetaria por resolver, todo ello requiere de investigación. No creo que nadie tenga una receta.
No hay duda alguna, por otro lado, de que hay países apareciendo en la escena internacional con una fuerza nueva. Pero yo veo eso como una oportunidad, no como un problema. Algunos parámetros básicos como la democracia y los derechos humanos siguen siendo, a mi juicio, asuntos esenciales. Pero hay nuevos protagonistas y ellos traen su aporte. Vamos a ver como construiremos entre todos un mundo mejor, sin excluir a nadie.
Sobre el acuerdo nuclear de Turquía y Brasil con Irán y los mecanismos del Foro para profundizar el diálogo entre civilizaciones, siga leyendo...
El Foro del año pasado fue en Turquía, este está ocurriendo en Brasil, justamente los dos países que intentaron un acuerdo nuclear con Irán este mes. Este paso simboliza también, para ambos países, la voluntad de alcanzar un lugar políticamente representativo en la arena internacional. Sin embargo, el acuerdo fue recibido con escepticismo por Estados Unidos. ¿Vislumbra Usted un mundo multipolar?
Yo prefiero no pronunciarme sobre el contenido del acuerdo, porque no conozco los elementos concretos. Pero de cualquier manera es algo que veo como significativo. La sociedad internacional busca actualizar sus mecanismos de solución, que no pueden reducirse a los creados en la posguerra. Hoy la diversidad mundial es mucho más seria, los problemas requieren un tratamiento multilateral y es natural que haya nuevos actores. No existe, sin embargo, un sistema de relaciones internacionales que tenga en cuenta esa diversidad. Así que se plantean nuevas exigencias.
La crisis financiera demostró que lo que acontece en un sitio repercute en otros. Es un problema de la sociedad internacional en su diversidad - de sus nuevos y antiguos actores - tener respuestas coherentes y prever cómo organizar el poder internacional, sea de forma multipolar o de otra cualquiera. Sin dudas, hay diversos enfoques en la escena internacional que deberán ser valorados.
¿Podría ofrecer ejemplos concretos de cómo se pueden unir las culturas y promover un mayor diálogo común?
El tema de la educación es central. A mayor conocimiento de la diversidad, más posibilidades de explicar que todos pertenecemos al mismo mundo, que tenemos que vivir en este mundo y que la diversidad no es algo negativo, sino una oportunidad, un enriquecimiento posible. Los medios, por ejemplo, pueden ser movilizados para la apreciación de estas diferencias, enseñar cómo ellas producen algo muy positivo. Cambiar las mentalidades y habituar a las personas a pensar diferente puede ser un trabajo de décadas, pero cuando las personas se conocen todo puede ser más fácil.
Y la comunicación también es un elemento fuerte hoy, con potencial para aproximar a los pueblos…
La educación y la comunicación son elementos decisivos. Si conocemos apenas los aspectos difíciles y negativos de una cultura, nunca lograremos comprender que existen aspectos positivos. Al mismo tiempo, tenemos que prepararnos para una cultura de derechos humanos, una cultura democrática, una cultura plural. Se trata de pasos muy importantes, que una democracia como la brasileña entiende mejor que otros, ¿no es cierto?
El Foro marca el lanzamiento del Dialogue Café, o café de los diálogos, un proyecto impulsado por la Alianza de Civilizaciones. ¿Puede contarnos como va a funcionar?
El proyecto es una asociación público-privada que va a aprovechar nuevas capacidades tecnológicas desarrolladas por la Cisco (Systems Inc.) para estrenar, en Río y en Lisboa, la posibilidad de tener un Café donde personas de las dos ciudades pueden ‘encontrarse’ para discutir determinados temas. Se espera que a partir de esta experiencia se forme una red de Dialogue Cafés en ciudades de todo el mundo, para promover el intercambio de experiencias. Será un instrumento de comprensión y de profundización de los aspectos positivos de la diversidad cultural.
¿Usted sostiene que el diálogo tiene un aspecto pacificador?
No sólo lo sostengo, sino que creo que no hay sustituto, no hay alternativa. Es un instrumento indispensable para la paz, y es en esta medida que debemos hacer todo cuanto sea posible para aumentar, enraizar, y tener más participantes activos de la sociedad civil en este conjunto de iniciativas.
Autora: Júlia Dias Carneiro / Rosa Muñoz Lima
Editora: Emilia Rojas-Sasse