Joven agricultor busca novia...
1 de octubre de 2003Pese a que los agricultores alemanes tienen granjas equipadas con alta tecnología y que algunos de ellos tienen incluso títulos universitarios, la imagen de este oficio se ha deteriorado dramáticamente durante los últimos años. Prevalece en muchos el clásico cliché de la vida de granja rodeada de ese inconfundible olor a establo y a estiércol, levantarse de madrugada y vivir entre el lodo. Eso espanta de inmediato a las chicas que prefieren una vida más refinada en las ciudades.
En muchos casos esa imagen estereotipada del hombre de campo ya no corresponde a la realidad. Florian Reichelt, de 32 años, encarna más bien la imagen de un hombre ideal: es alto, atractivo, de buenos modales y emprendedor. Sería un soltero codiciado de no ser porque es agricultor.
La cosecha tiene prioridad
"Ya he tenido varias relaciones, la última y más larga terminó de golpe, cuando mi novia después de siete años me puso ante la disyuntiva de elegir entre ella o mi oficio. Yo elegí lo último, pues es lo único que sé hacer". Florian es agricultor en cuerpo y alma, cultiva trigo y hortalizas, una actividad que demanda fuerza física, que está sujeta a los vaivenes estacionales y que a veces es impredecible. No se puede hacer planes de vacaciones en verano ni se puede tener la seguridad de poder ir a una fiesta, porque si hay mal tiempo hay que adelantar la cosecha. Para muchas mujeres esto es difícil de aceptar. Tampoco se resignan a una vida cotidiana con un compañero que trabaja empapado en sudor, que apesta permanentemente a estiércol y que calza botas de goma a diario.
Empresarios de sensibilidad ecológica
Estos prejuicios, que han sobrevivido durante décadas, muestran la gran ignorancia que prevalece en torno a este oficio. Muchos agricultores son jóvenes empresarios que tienen una alta sensibilidad ecológica. Buena parte del trabajo consiste en labores de oficina, tareas administrativas que muchas veces son tan o más importantes que el cultivo mismo y el recorrido en el tractor. "Sí, el trabajo es duro y a veces hay que levantarse temprano y termina uno con lodo hasta el pelo, pero no siempre es así", afirma Florian. Sin embargo la mala fama tiene un trasfondo aún más amargo. Sobre este oficio pende una espada de Damocles. La agricultura en Alemania está sentenciada a muerte. Tan sólo el año pasado cerraron alrededor de 17.000 granjas, lo que se traduce en quejas y protestas, "una horda de hombres quejumbrosos", es la percepción de la opinión pública.
Flirteo por internet
Para colmo, muchos agricultores tienen que hacerse cargo del negocio de los padres desde muy jóvenes. Mientras otros congéneres se van a la discoteca a divertirse, ellos tienen que cultivar la tierra. "No sólo resulta difícil impresionar a una muchacha, para empezar no hay muchas posibilidades de conocer a una, -dice Florian- en mi localidad no hay ninguna, en la localidad vecina conozco algunas hijas de agricultores y la mayoría o ya están comprometidas, o ya no son tan jóvenes ni tienen interés en el oficio".
Así las cosas, Florian ha recurrido a un servicio profesional especializado en ayudar a agricultores a encontrar pareja. Pero lo mejor es el internet como bolsa de contactos. La página www.landflirt.de cuenta con dos millones de visitas al mes, lo que la convierte en un exitoso portal especializado en actuar como intermediario entre jóvenes agricultores y potenciales candidatas al matrimonio. Otro grupo de jóvenes han tomado cartas en el asunto. Muchos han readaptado sus granjas para ofrecer pensiones a turistas, ofrecen habitaciones con desayuno en idílicos parajes campestres, que se convierten en una alternativa para huir del bullicio de las ciudades. También han abierto cafés y organizan fiestas estilo campestre con suelo de paja. La vida de campo puede ser muy placentera.