Juegos Paralímpicos: la herencia del éxito
10 de septiembre de 2012
La ceremonia inaugural de los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 fue la señal de largada de los Paralímpicos más exitosos de toda la historia del deporte. El evento no solo atrajo a millones de espectadores, sino que también ayudó a la gente a cambiar su percepción acerca de las personas con discapacidades. El director de la organización de los Juegos Olímpicos y de los Paralímpicos, Lord Coe, dijo antes de iniciarse los juegos que sus expectativas eran altas: “Nos queda muy claro que una de las cosas que realmente deseamos es declinar ciertos conceptos fallidos aún vigentes sobre las personas con discapacidades. Pienso que cuando la gente vea los Juegos Paralímpicos se sorprenderá siendo testigo de un evento de gran calidad deportiva”.
Éxito mediático y comercial
Los Juegos Paralímpicos de Londres vendieron más entradas, reportaron más ingresos y fueron transmitidos en más países que ninguno de los anteriores. Se vendieron alrededor de tres millones de entradas, sobrepasando el récord de venta en Pekín, hace cuatro años, por cerca de un millón más.
El Estadio Olímpico de Londres estaba colmado, con aproximadamente 80.000 espectadores por noche. La emisora comercial británica Channel 4, que adquirió los derechos de transmisión, registró uno de los mayores picos de audiencia de su historia, con alrededor de 11 millones de espectadores solo en el Reino Unido.
Durante los preparativos, el canal emitió una tanda publicitaria que mostraba a los atletas paralímpicos en relación con accidentes y explosiones que dejaron como huella en muchos de ellos problemas orgánicos de por vida, y que finalizaba con la consigna: “Conozca a los Súper Humanos”.
Una pizca de controversia
Pero estos Juegos Paralímpicos también echaron luz sobre ciertos aspectos controvertidos en torno al concepto de discapacidad en el Reino Unido. El ministro de Economía británico, George Osborne, fue abucheado durante una ceremonia de entrega de medallas por críticos que le reprochaban haber recortado justamente los fondos de ayuda. Y algunos activistas temen incluso que los juegos tengan un efecto colateral peligroso. Neil Coyle, de la organización Disability Rights UK, es uno de ellos: “Es muy posible que quienes vieron los Juegos Paralímpicos ahora piensen que muchos discapacitados en realidad no necesitan apoyo, ya que son capaces de llevar a cabo hazañas deportivas y han superado desafíos de manera casi sobrehumana.”
Además, Coyle advierte que “hay una forma estereotipada y perversa de pensar acerca de que las personas con discapacidades pueden llegar a 'superar' el impacto de vivir con un impedimento”, y subraya que su organización teme que, al final, eso pueda cambiar los parámetros acerca de a quién le corresponde obtener ayuda y a quién no.
Humor y momentos inolvidables
Channel 4 cuestionó durante un programa humorístico, en el que los espectadores eran animados a tuitear preguntas, los clichés y el lenguaje políticamente correcto en torno a las discapacidades, y abrió el debate sobre qué se supone que es correcto y qué no, desde el punto de vista del lenguaje, por ejemplo. Allí se percibió que la sociedad sabe poner sobre el tapete su propia manera de caracterizar a las personas especiales, sin dejar de lado ese típico humor británico.
Pero, sobre todo -y más allá de cualquier debate- los momentos más inolvidables de estos Juegos Paralímpicos de Londres 2012 lo conforman los logros y los momentos de extrema tensión deportiva. Margaret Hickish, Principal Autoridad en los Juegos Olímpicos para el Acceso, quien utiliza una silla de ruedas, dijo que los Paralímpicos tendrán muchos efectos positivos. “Se trata, más que nada, de mejorar las condiciones de Londres a largo plazo”, subrayó. “Los Paralímpicos son una parte de la transformación de Londres en una ciudad cada vez más accesible para las personas con discapacidades. Es gran desafío, y no se debe permitir que los progresos se limiten a estos juegos, sino que hay que asegurar su permanencia y desarrollo posterior en los años por venir”.
Autor: Olly Barratt, desde Londres (CP)
Editor: Enrique López