Justicia, no venganza
5 de mayo de 2006Le Monde, de París, opina: "La negativa del jurado a condenar a muerte al único acusado hasta el momento de complicidad en los atentados del 11 de septiembre del 2001 revela no sólo las debilidades de la acusación, sino también las dudas que invaden a toda la sociedad estadounidense acerca de la pena de muerte. (...) El desarrollo y el desenlace del proceso son ejemplares, a pesar y debido a las provocaciones de Moussaoui y los esfuerzos del fiscal de alentar el clamor de venganza en nombre de las 3000 víctimas. Bajo la presidencia de la jueza Leonie Brinkema, la Justicia estadounidense demostró que está en condiciones de juzgar con equidad incluso al más repugnante acusado."
¿Decepción para Bush?
El Standard, de Viena, apunta: "Zacarías Moussaoui no fue condenado a muerte sino a cadena perpetua. Y está bien así. El veredicto demuestra que los tribunales estadounidenses aún tienen vida propia y no bailan al son de una administración para la que toda dureza es poca en la 'guerra contra el terrorismo'. Cabe suponer que a George Bush -quien como gobernador de Texas fue un especialmente resoluto partidario de la pena de muerte- habría preferido que los jurados hubieran enviado a Moussauie al patíbulo. La fiscalía volcó todos sus esfuerzos en busca de tal veredicto, y muchos estadounidenses habrían percibido una condena a muerte como un acto de catarsis, en el que al menos se habría castigado con el máximo rigor a uno de los culpables de los atentados del 11 de septiembre."
La lógica del derecho
La edición alemana del Financial Times comenta: "Durante el proceso, Moussaoui se jactó de los actos más terribles. Su intervención fue muchas veces grotesca y quedaron dejos de duda acerca de su credibilidad. En consecuencia, es comprensible que el jurado no haya votado unánimemente por la pena de muerte. No obstante, la prisión perpetua, sin posibilidad de salir jamás en libertad, es también una condena dura. Hay quienes especulan que podría ser un castigo incluso más duro, porque así ni siquiera puede convertirse en un mártir famoso. Pero esa es la lógica de los terroristas y no puede ser la lógica de un Estado de Derecho."