Katrina: ¿requiere ayuda la superpotencia?
1 de septiembre de 2005Según estimaciones de Naciones Unidas, el huracán Katrina dejará más daños materiales que el tsunami asiático. Aunque todavía no se tiene una cifra exacta, a cientos ascienden las víctimas mortales en los estados de Florida, Louisiana, Misisipi y Alabama, a miles los heridos, a un millón, las personas sin techo. El costo de la devastación que ha dejado tras sí Katrina roza los 25.000 millones de dólares.
Aún no se sabe cuál es la magnitud de los daños que dejará la inundación en Nueva Orleans, que debido al resquebrajamiento de los diques se encuentra anegada. Ingenieros del ejército norteamericano se encuentran en plena tarea de subsanar con sacos de arena de 1300 kilos cada uno una brecha de 61 metros de largo y 7 metros de profundidad.
¿Podían prepararse mejor?
Expertos temen una proliferación de epidemias y enfermedades debido a las deplorables condiciones sanitarias y las aguas anegadas. Sin víveres, agua ni luz; con el agua hasta los segundos pisos de las casas; muchos aún atrapados; con una humedad y un calor que hacen proliferar las enfermedades y temer lo peor. Las imágenes difundidas por la televisión bien podrían dar la impresión de que Estados Unidos necesita ayuda. "Debimos estar mejor preparados para esto", había recalcado anoche un comentarista en la televisión.
Ofertas de ayuda
El coordinador de la Ayuda Humanitaria de Naciones Unidas, Jan Egeland, a la vez que expresó su felicitación a las autoridades locales por su efectivo trabajo de prevención y evacuación de la población, ofreció a la súper potencia toda la ayuda necesaria. Lo propio había hecho el presidente venezolano, Hugo Chávez, poniendo a disposición del país más poderoso del mundo combustible "barato" y ayuda humanitaria en forma de su grupo de élite conformado por cien mil hombres.
No, gracias
Pero, según información de Naciones Unidas, Estados Unidos -que posee el mejor equipo posible para detectar personas en lugares de catástrofes y los mejores métodos de salvamento del mundo no ha solicitado ayuda. Si bien la oferta de Chávez -convertido en archienemigo de Estados Unidos- podía ser tomada más bien como una provocación, el embajador estadounidense en Venezuela, William Brownfield, calificó de "oportuno" el respaldo. Por su parte, el ministro alemán de Interior, Otto Schily, anunció que el gobierno alemán estará muy dispuesto a procurar asistencia técnica a Estados Unidos "aunque al parecer por el momento no se requiere".
¿Óbolos?
Si bien los famosos de Hollywood ya han hecho ofertas muy a tono con el mundo cinematográfico -Morgan Freeman ha ofrecido al mejor postor la oportunidad de asistir al estreno de su última película An unfinished life, por ejemplo- y la Cruz Roja ha recibido ya un monto de 21 millones de dólares para los damnificados (lo mismo que recibió cuando el tsunami), oficialmente la primera potencia del mundo se bate sola con la catástrofe, al mejor estilo del súper héroe.
Será debido a ello que las víctimas -si bien no importan menos- preocupan menos en Europa que las terribles consecuencias de Katrina en el mercado internacional del petróleo o la búsqueda de la causa del huracán en el calentamiento global, y en la negación de George W. Bush a ratificar el Protocolo de Kyoto. Más allá de las ofertas y demandas de ayuda o de toda merecida bofetada virtual por su porción de culpa en el calentamiento global, la víctima del huracán no es el gobierno estadounidense sino la gente que sigue atrapada en la zona del siniestro y aquellos que se han quedado sin nada. Y que a todas luces sí requiere de todo apoyo.