Kenia lucha por gestionar deuda de ferrocarril "inútil"
20 de octubre de 2019La obra ha sido ridiculizada por ser un ferrocarril que va a ninguna parte: 120 km de relucientes nuevas vías ferroviarias que serpentean desde la capital, Nairobi, escalan las trincheras y los acantilados del Valle Central del Rift para detenerse en una aldea remota.
El final de la nueva línea Nairobi-Naivasha llega al condado de Mai Mahiu, una región dominada por pastores nómadas de masáis, que traen sus vacas y ovejas para pastar aquí en el fértil suelo del valle.
El tramo de ferrocarril de 1.500 millones de dólares, construido y financiado por los chinos, es la segunda fase de un proyecto emblemático de línea férrea, destinado a unir la ciudad portuaria keniana de Mombasa con la frontera con Uganda.
Comúnmente conocido como el Standard Gauge Railway (SGR), el ferrocarril es el proyecto consentido del presidente Uhuru Kenyatta, quien lo considera fundamental para su programa Visión 2030, que busca transformar a Kenia en un país de ingresos medios. Se supone que el SGR reducirá los costos de transporte de carga y los tiempos de viaje, e impulsará la economía rural de la nación africana.
Agitando la bandera de Kenia, Kenyatta inauguró la segunda fase del ferrocarril SGR el miércoles (16.10.2019) y la línea se abrió oficialmente a los pasajeros el jueves. Sin embargo, los críticos de la línea Nairobi-Naivasha dicen que es poco probable que atraiga a muchos viajeros porque no conecta ningún centro de población significativo con Nairobi.
¿Dónde están los trenes de mercancías?
La línea originalmente estaba destinada a transportar carga, pero solo se abrirá a esta en unos pocos meses.
Los críticos también se preocupan de que no habrá mucha carga para transportar. El Gobierno planeó construir una zona económica especial cercana que ofrezca exenciones de impuestos y energía barata, como una forma de alentar el transporte de carga a lo largo de la nueva línea. Pero las peleas por la compensación por la tierra han resultado en demoras masivas.
Con la construcción del parque industrial aún por comenzar, se espera que haya poca demanda de servicios de carga en el futuro cercano. En la inauguración de la línea, Kenyatta rechazó las críticas al proyecto SGR.
"Algunos profetas de la fatalidad dicen que este ferrocarril no va a ninguna parte, pero como Gobierno, sabemos lo que estamos haciendo ya que estamos planeando para el futuro", dijo Kenyatta cuando abrió el nuevo tramo de vía.
Conectando el interior de África con el mar
La segunda fase extiende los primeros 385 km de rieles desde Mombasa a Nairobi, que se completó en 2017 por un costo de 3.200 millones de dólares.
Originalmente, también se planificó una fase tres. Esto continuaría la línea SGR desde Naivasha a través de Kisumu, un puerto en el lago Victoria, hasta la ciudad fronteriza de Malaba, en Uganda. Esta sección de la fase tres de la pista se considera crítica porque uniría Mombasa, el puerto más grande de África Oriental, con los países sin litoral de Uganda, Ruanda y Sudán del Sur, dándoles una ruta más rápida y confiable al puerto de Mombasa que las carreteras sobrecargadas.
No obstante, en lo que representa un duro golpe a Kenyatta, China anunció en abril que no financiarían la extensión ferroviaria de 3.700 millones de dólares de Naivasha a Uganda.
La línea Mombasa-Nairobi no logra obtener ganancias
"China evitó la extensión porque tenía dudas sobre su viabilidad comercial", dijo John Mutua, economista del Instituto de Asuntos Económicos con sede en Nairobi. El pobre desempeño de la línea de Mombasa a Nairobi hace evidente que Kenia "ya está teniendo dificultades con el SGR", dijo a DW.
El ferrocarril ha tenido apuros para atraer carga porque es más costoso que transportarla por carretera. Reuters calcula que el costo de transportar por carretera un contenedor desde Mombasa a Nairobi es de aproximadamente 800 dólares, mientras que en el ferrocarril cuesta unos 1.100 dólares, principalmente debido a cargos adicionales por mover mercancías desde el depósito en el interior de Nairobi.
Como resultado, el SGR está moviendo menos de la mitad de la carga que necesita transportar por año para que sea rentable. En su primer año completo de operaciones de carga (hasta mayo de 2019), generó 57 millones de dólares en ventas, muy por debajo de los costos operativos anuales de 120 millones, y mucho más bajos que las proyecciones originales, según el sitio de noticias Business Daily de Kenia.
No obstante, no todo son malas noticias: la línea Mombasa-Nairobi ha demostrado ser un éxito entre los viajeros debido a su velocidad y comodidad. El suave viaje en tren dura alrededor de 4,5 horas en comparación con lo que puede ser un viaje de 12 horas por carretera.
Sin embargo, el servicio de pasajeros solo funciona dos veces al día y generó menos de 17 millones de dólares en ventas, una cifra pequeña en comparación con lo que genera la carga. O como dice sucintamente la revista The Economist: "El traslado de pasajeros no es para lo que se construyó la nueva línea".
El atracón de préstamos de Kenia
Las preocupaciones sobre la viabilidad de SGR se ven agravadas por los préstamos masivos de 4.700 millones de dólares que Kenia, la economía más grande de África Oriental, obtuvo del Exim Bank de China para financiarlo.
Y estos no son los únicos préstamos de infraestructura que ha recibido Kenia de China. El país ha adquirido al menos 9.800 millones de dólares entre 2006 y 2017, lo que lo convierte en el tercer mayor receptor de préstamos chinos en África, según The Economist.
La deuda pública total de Kenia es actualmente de alrededor de 60 mil millones de dólares, o sea el 61 por ciento del PIB. En otras palabras, debe más de la mitad del valor de su producción económica.
El economista del Banco Mundial, Peter Chacha, advirtió recientemente a Kenia sobre acumular más deuda de la que puede pagar. "Es importante que la gestión futura de la deuda adopte medidas para garantizar que la deuda no se acelere", dijo Chacha a The East African.
El Fondo Monetario Internacional trasladó el riesgo de sobreendeudamiento de Kenia de "bajo" a "moderado" en octubre del año pasado, citando el impulso de inversión pública del Gobierno y la escasez de ingresos en los últimos años. Esto significa que cree que existe una posibilidad moderada de que Kenia no cumpla con los pagos de la deuda.
El economista Peter Mutua dice que también preocupa la rapidez con la que Kenia tiene deuda acumulada, lo que él llama "atracón de préstamos". "La tasa de deuda aumentó casi cuatro veces desde 2013, un gran aumento en comparación con el tamaño de la economía", dijo a DW.
Además de las alarmas ya generadas, el Parlamento acordó la semana pasada permitir al Gobierno elevar su techo de deuda a 87 mil millones de dólares.
La próxima fase del ferrocarril
En cuanto a los planes de extensión ferroviaria, Kenia ha obtenido préstamos de China para revivir la línea ferroviaria construida por los británicos, cerrada hace más de dos décadas, para que los bienes puedan trasladarse de Naivasha a otros países del este de África. El costo proyectado de 205 millones de dólares para la renovación es considerablemente menor que los 3.700 millones mencionados para el ferrocarril SGR.
Andrew Wasike en Nairobi también contribuyó a este informe.
(few/rrr)
Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas. Síganos en Facebook | Twitter | YouTube |