Kosovo en la encrucijada
23 de enero de 2006El periódico Basler Zeitung, de Basilea, opina: "La muerte del presidente kosovar, Ibrahim Rugova, se produjo en un momento crítico. Kosovo se encuentra ante una encrucijada histórica. Se aproxima la primera ronda de conversaciones entre Pristina y Belgrado sobre el futuro status que tendrá esa provincia en el marco del derecho internacional. Ahora, las instituciones aún no consolidadas deberán consagrar en corto tiempo un sucesor. Es todo un desafío para la elite política. ¿Estará en condiciones de ponerse de acuerdo para elegir al sucesor, dentro de un cauce ordenado y en un plazo prudente? La experiencia hasta la fecha no apunta en esa dirección. Las discusiones sobre cargos importantes suelen ser muy acaloradas y prolongadas, la disposición al acuerdo no se cuenta entre las virtudes que se practican aquí ni en toda la región de los Balcanes."
Vacío peligroso
Der Standard, de Viena, apunta: "Rugova dejó un vacío de poder que podría volverse peligroso, no sólo para su partido, la Liga Democrática de Kosovo (LDK), donde ya están en marcha las luchas entre facciones. Ante las conversaciones sobre el status de Kosovo, él transmitía orientación y firmeza hacia adentro, y confiabilidad hacia afuera. Eso hace falta ahora. Un equipo inseguro viajará a Viena. El punto de partida de las negociaciones ya era, de por sí, bastante delicado, antes de la muerte de Rugova. (...) Pero sin él será más difícil aún explicar que una 'independencia condicionada', con generosos derechos para los serbios de Kosovo, es lo máximo que pueden lograr los kosovares albaneses. El francófilo Rugova no dejó sucesores políticos en condiciones de actuar, pero sí legó un mensaje: 'también mañana tendremos que convivir con los serbios, negociar con ellos y cultivar las relaciones interpersonales'. Eso es algo que se debería recordar en Pristina."
Padrinazgo europeo
El Frankfurter Rundschau, de Fráncfort del Meno, comenta: "Tras la muerte de Rugova, la situación no se ha vuelto más fácil para el mediador de la ONU, Ahtisaari, pero tampoco se ha complicado sustancialmente. El problema que enfrenta el diplomático finlandés de todos modos apenas parecía solucionable. En las negociaciones, ahora pospuestas para febrero, tendrá que intentar acercar las posiciones de serbios y albaneses, hasta ahora inconciliables. (...) El as europeo, es decir, la promesa de incorporar a Serbia y Montenegro a la UE si se comportan adecuadamente en el tema de Kosovo, ha perdido eficacia como medio de presión desde que en Bruselas y en las capitales europeas se discute sobre los límites de la ampliación del club. Cualquiera sea la solución a la que se llegue tras pacientes negociaciones, está claro que la comunidad internacional y concretamente la Unión Europea tendrán que hacerse a la idea de apadrinar por largos años a Kosovo."