Krauselocke: el primer sitio web afroalemán
6 de enero de 2014Magdalena Inou, de doce años, llegó junto a su madre, Sylvia Inou, austríaca, hasta Colonia, la metrópoli a orillas del río Rin, atraída por un encuentro de cerca de 50 miembros de la comunidad online Krauselocke.de. Allí, además de consejos acerca de cómo cuidar su cabello rizado, que heredó de su padre, nacido en Camerún,Magdalena recibió asesoramiento para una mejor calidad de vida. “Mi cabello es diferente”, dice, y explica que el de su madre es totalmente lacio. “Mi hija es bailarina; estudió en el Conservatorio de Danza de Viena”, cuenta Sylvia, orgullosa de su hija. El concepto de la comunidad online Krauselocke le pareció una buena opción para que Magdalena afirme su autoestima: “Tenía miedo de que no la dejaran bailar. Miedo de que sólo aceptaran cabellos finos y lacios como los míos”, dice.
“Krauselocke es una página web para afrodescendientes”, dice Esther Donkor, quien la fundó hace dos años junto con Barbara Mabanza. Tanto en EE. UU. como en Gran Bretaña hay páginas de internet de ese tipo, donde se intercambian ideas y se asesora sobre temas en torno al estilo de vida de los afrodescendientes. Ambas son alemanas –una, estudiante de abogacía, la otra, periodista-, y ambas tienen algo más de veinte años. Como no encontraron ninguna plataforma social en la red que reflejara las necesidades de los afroalemanes, decidieron crearla ellas mismas. “En Alemania, los afrodescendientes no tienen un intercambio tan intenso como en otros países”, aclara.
Perspectiva afroalemana
Uno de los pocos salones de peluquería que se dedican al “arte del peinado según la tradición africana” es Zeebra Tropicana, en Colonia. Fue inaugurado hace 24 años por Baaba Yankah-Oduah, de Ghana. Se recibió de estilista en Londres, y hoy es dueña de una de las peluquerías más conocidas en su especialidad. “Los cabellos africanos son diferentes”, explica Baaba, y los peluqueros alemanes no saben cómo lidiar con ellos. Sólo atinan a “hacer cortes rebajados a tijera para domesticarlos”, pero eso, según la estilista, no es lo que conviene hacer. “Cada rulo es una ‘S', y no se la debe cortar en la mitad, sino donde se forma una nueva curva”, explica.
Algunas mujeres prefieren someter sus cabellos a un tratamiento químico para alisarlos, pero eso no sólo perjudica el cabello, advierte Barbara Mabanza, sino también la autoestima. El ideal europeo del cabello lacio no debe ser un ejemplo a seguir, piensa ella. Por el contrario, las mujeres afrodescendientes deberían estar orgullosas de sus rizos y llevarlos tal como son.
Más que asesoramiento capilar
Pero Krauselocke es algo más que una plataforma de asesoramiento acerca de cómo cuidar el cabello. Allí también se ofrece consejo a personas de raíces africanas que sufren a causa de la discriminación en Alemania. En su foro se plantean diversas preguntas: desde cómo comportarse y qué medidas se deben tomar en casos de acoso escolar, debates acerca del racismo presente en la sociedad, hasta intercambiar recetas de la cocina africana, señala Esther Donkor.
No sólo los afrodescendientes de toda Alemania aprovechan esta oferta, sino también -y cada vez em mayor medida- la gente de países vecinos, como Holanda. Para muchos de ellos, Krauselocke tiene un papel clave en la búsqueda de su identidad. “Nunca vi tanta gente de diferentes raíces étnicas ni tantas chicas con cabello enrulado”, explica una asistente al encuentro en Colonia. La mamá de Magdalena está segura de que la comunidad online Krauselocke cambiará no sólo el peinado de su hija, sino su vida, ya que “la ayudó a encontrarse a sí misma cuando atravesaba una etapa muy difícil”.
Autora: Lori Herber/ CP
Editor: Enrique López