Krefeld y su conexión con Colonia Dignidad
26 de octubre de 2018Un extraño vínculo existe entre Krefeld, una ciudad de 225 mil habitantes en el estado de Renania del Norte- Westfalia, con Colonia Dignidad, el asentamiento fundado por Paul Schäfer en el sur de Chile, donde por más de cuatro décadas sus habitantes fueron sometidos a un régimen de trabajo esclavo, mantenidos bajo el control de sicofármacos, los niños fueron abusados y se torturó e hizo desaparecer a detenidos durante la dictadura.
A más de 12 mil kilómetros de distancia y casi simultáneamente a la creación de la colonia, nacía a principios de la década del sesenta en Krefeld la iglesia Misión Popular Libre. Según sus postulados, esta obra misionera busca "el completo regreso a la doctrina y práctica de la iglesia original en el tiempo apostólico”. En su templo, el pastor y fundador, Ewald Frank, reúne a cientos de fieles cada primer domingo del mes y otros tantos miles siguen la ceremonia vía internet, con traducción simultánea a varios idiomas, desde distintos rincones del planeta.
Ex colonos consultados estiman que Frank y Schäfer habrían coincidido en los años 50 en una reunión de un evangelista norteamericano en Alemania, aunque no hay certeza de que se hayan conocido en esa oportunidad. Al parecer, a través de familiares de colonos relacionados con esta iglesia en Alemania, habría surgido la posterior conexión con la colonia.
Ewald Frank la visitó en varias oportunidades, tras la fuga de Schäfer en 1997, según relata el ex colono y abogado de las víctimas, Winfried Hempel: "Frank notó el vacío espiritual que había en la colonia y muy hábilmente ocupó ese lugar. Empezó con un bautizo masivo de 150 colonos con sumersión en un canal. Entre otros bautizó al médico Hartmut Hopp”. El mismo que vive actualmente en Krefeld, prófugo de la justicia chilena.
"Frank es de la misma corriente espiritual de Schäfer, en el sentido de que tiene un discurso apocalíptico y misógino”, comenta Hempel. "Los une una doctrina similar que predica un cristianismo fundamentalista y toma la biblia al pie de la letra”, dice Jan Stehle, del Centro de Investigación y Documentación Chile-Latinoamérica, con sede en Berlín.
En 2005, el gobierno de Ricardo Lagos le negó a Frank la entrada a Chile, "porque temía que estuviera construyendo una nueva secta. Durante nueve años no pudo ingresar a Chile, hasta que presentó un recurso a la Corte Suprema y fue autorizado nuevamente. Volvió a viajar una sola vez, pero de forma muy secreta”, revela Hempel.
¿Sucursal de Colonia Dignidad?
Krefeld es ciudad es la que más colonos ha recibido, de los 120 que regresaron a Alemania tras la apertura de la secta y captura de su líder, quien murió en prisión en 2010. Uno de los primeros fue Albert Schreiber, encargado de finanzas del enclave, quien huyó de Chile en 1996 con su familia, cuando pesaban órdenes de detención en su contra.
Más tarde siguieron llegando otros, que encontraron un refugio en la iglesia de Frank. Algunos viajaron libremente y otros huyendo de la justicia, como Hopp, condenado a cinco años de cárcel por complicidad en abuso de menores.
"En las calles de Krefeld se cruzan víctimas y victimarios de Colonia Dignidad. Esa relación involuntaria de Krefeld con un crimen, que permanece sin cerrarse totalmente, es un motivo claro para tomar posición. Alemania no se puede convertir en un escondrijo para personas que estuvieron involucradas con la represión de dictaduras militares en otros países y Krefeld no puede mirar esto sin decir ni una palabra”, decía el investigador Dieter Maier hace unos años, cuando se realizó la primera "funa” contra Hopp, como se llaman en Chile las demostraciones de protesta frente al domicilio de un presunto violador de los derechos humanos.
Las manifestaciones han continuado y a ellas se suman también algunos vecinos. En la última funa, en junio pasado, Myrna Troncoso, de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos de la región del Maule, dejó una carta en el buzón de Hopp en que le pide entregar información sobre el paradero de los prisioneros políticos asesinados en la colonia.
Con el tiempo, algunos ex colonos han abandonado la citada iglesia, como explica Hempel, debido a la doctrina que predica: "El discurso de Frank incita a no hablar del pasado ni acusar a los hermanos en la fe. Al final el que denuncia es ante los ojos de ellos el pecador y el victimario queda como santa paloma”. De los aproximadamente 16 que permanecen en Krefeld, la mayoría son ex jerarcas y sus hijos.
"Ewald Frank ha dicho que no tiene nada que ver con Schäfer y que acoge simplemente a quien va a su iglesia, pero debe explicar por qué iba Schreiber, quien ya falleció, o Hopp y otros requeridos por la justicia chilena. Por qué justamente toda la cúpula de la colonia, los victimarios, están en su iglesia y no las víctimas. Es una extraña coincidencia”, plantea Hempel.
El turno de la justicia alemana
Krefeld fue escenario hace unos días de un coloquio de abogados y expertos para analizar las aristas judiciales del caso. Organizado por el Centro Europeo por los Derechos Constitucionales y Humanos (ECCHR), fue repetido luego en Berlín. Hasta ahora, todas las investigaciones penales en Alemania en torno a la secta han tenido lugar en Renania del Norte-Westfalia. "Ha habido 11, la primera contra Paul Schäfer en 1961, pero todas fueron archivadas sin que la justicia llegara a dictar acusación. Hoy hay dos abiertas, contra Hartmut Hopp y Reinhard Döring”, explica Stehle.
A pesar de la resolución del tribunal superior de Düsseldorf que libera a Hopp de cumplir su condena chilena en Alemania, el médico es ahora investigado por la fiscalía de Krefeld. Döring es indagado por la fiscalía de Münster por posible participación en la desaparición de detenidos políticos durante la dictadura.
En Chile, desde las primeras denuncias por abusos sexuales en 1996, ha habido mayores avances. Una serie de procesos condujeron a condenas por delitos que reflejan las diversas esferas criminales de la colonia. Sin embargo, pocos las han cumplido, lamenta Stehle: "Muchos de los que presuntamente iban camino a la cárcel se sustrajeron de la justicia y viajaron a Alemania, y muchos de ellos llegaron a Krefeld”.
(er)
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