La agricultura y América Latina
20 de junio de 2015
"Venimos con evaluaciones cada quien de su país, del papel de los Estados, de los distintos actores, y tenemos como marco común que en nuestros países la pequeña agricultura, o lo que se llama la agricultura familiar, es la responsable de entre un 70 a un 85 por ciento de la producción de alimentos", señala la agrónoma peruana Marlene Castillo, consultora independiente.
Castillo fue invitada junto con otros expertos de una docena de países latinoamericanos a participar en un programa organizado por la Fundación Friedrich Ebert (FES), que tuvo lugar en Bruselas y Berlín. El tema principal: el futuro de la agricultura. El programa advierte que la agricultura enfrenta enormes desafíos. Con menos energía, menos agua y menos tierra cultivable tendrá que alimentar en 2050 a unos 9.000 millones de personas en el mundo. A eso se añade el cambio climático con graves efectos globales, las sequías, aumentos de precios y la escasa tierra cultivable.
Batalla ideológica
"Hay una batalla ideológica en torno a dos propuestas: producir de manera ecológica o industrial. Además existen normativas internacionales que impiden que amplios sectores de pequeños campesinos en América Latina puedan exportar. Mucha gente en el campo no tiene acceso a la tierra y eso es un problema muy grave. Hay una correlación de fuerzas entre las leyes de propiedad de cada país y la seguridad alimentaria. Estudios comprueban que en donde hay leyes que regulan el acceso y el uso de la tierra hay menos inseguridad alimentaria", señala, por su parte, Stefan Sieber, investigador del Leibniz Centre for Agricultural Landscape Research (ZALF), que participó como ponente.
Marlene Castillo destaca que en Bruselas el grupo ha tenido oportunidad de analizar la Política Agraria Común de la Unión Europea, y los Tratados de Libre Comercio que impulsa el bloque en el marco de la crisis y de los retos que conlleva la inseguridad alimentaria, el hambre y el cambio climático.
En Berlín las discusiones giraron ya no en torno al intercambio agrícola, sino en la agricultura y su relación con la seguridad alimentaria. Una situación muy diferente a la de Perú es la que impera en Argentina. En dicho país, el 80 por ciento de la producción agrícola está en manos de un 10 por ciento de los agricultores. "Es una gran concentración de la producción y las oportunidades de desarrollo no son para todos", destaca el diputado argentino Omar Barchetta.
Los pequeños agricultores ya desaparecieron
Barchetta, diputado del Partido Socialista, advierte que los pequeños agricultores en Argentina ya desaparecieron y los pocos que quedan están por hacerlo. Por ello, destaca la necesidad de implementar políticas públicas que atiendan este sector generador de una gran cantidad de mano de obra. "De esas políticas depende el desarrollo de las regiones, de los pueblos, para que la población no emigre a las grandes ciudades. En juego está el desarrollo integral del país".
El experto destaca que Argentina se ha visto beneficiada de altos precios internacionales de los commodities, sobre todo de soja, durante los últimos diez años. "Era cuando el país tenía que haber aprovechado para desarrollar estas políticas. Ahora tenemos un proceso inflacionario que complica mucho las cosas. Esperemos que en el 2016 no haya un mayor deterioro del salario. Aunque hemos aumentado en el doble la producción, no ha habido estímulos ni políticas en Argentina que impulsen al campo. Todo lo contrario. Se siguen aplicando impuestos de un 35 por ciento a las exportaciones agrícolas, lo que hace que tengamos productores muy endeudados con la banca privada, con costes muy altos".