Perú: la industria extractiva en la mira
17 de octubre de 2013El economista y ex vice ministro del Medioambiente peruano José de Echave, llegó a Berlín para participar en una jornada alternativa sobre materias primas, convocada por el Centro de Investigación y Documentación Chile-Latinoamérica (FDCL), entre otras instituciones, con el objetivo de sensibilizar a la población sobre la procedencia de los recursos con los que se elaboran los productos „Made in Germany“, para los cuales es necesario importar materias primas como cobre, tierras raras y productos mineros metales y no metales.
Perú se encuentra entre los primeros exportadores de metales a nivel mundial y este sector ha sido el motor de un crecimiento económico que según cifras oficiales se ha mantenido entre 2002 y 2012 en un promedio de 6.4%. Sin embargo para amplios sectores de la población la riqueza de recursos es una maldición, pues expulsa a indígenas de sus territorios, deforesta bosques y agudiza los conflictos sociales.
En entrevista con DW José de Echave, representante de la organización CooperAcción, indica que América Latina es probablemente uno de los continentes más ricos en recursos naturales como gas, petróleo, minería, agua y bosques, lo que se traduce en una creciente presión por controlarlos.
Deutsche Welle: Ollanta Humala era una interrogante durante su campaña electoral, ¿Sorprendió su giro hacia la derecha?
José de Echave: Durante su campaña Ollanta Humala generó mucha expectativa de cambio. En el Perú se pensó que asumiendo la presidencia se producirían cambios importantes y que Perú entraba dentro de este conjunto de países de la región que han optado por políticas alternativas, por ser gobiernos de izquierda. A los 5 meses de haber asumido el cargo se produjo su primera crisis con la caída de su gabinete, precisamente en torno a un conflicto minero que produjo un viraje muy claro hacia la derecha. El gobierno que se anunció como el de la gran transformación se ha convertido en el de la gran continuidad porque prácticamente todas las políticas públicas que se aplicaban desde los 90's, las políticas del consenso de Washington, se siguen implementando. Sin ningún tipo de modificación.
¿Qué presionó al gobierno de Humala?
La presencia de los poderes fácticos y los grupos económicos más influyentes en el país han tenido un papel muy importante en ese giro de Humala en la presidencia. El caso peruano muestra con mucha claridad que incluso pese a obtener triunfos políticos, si no se modifican las correlaciones de fuerza, es muy fácil que quienes perdieron las elecciones terminen ganando. En el Perú se maneja esa frase. Los que perdieron las elecciones, la derecha, los sectores conservadores, los principales grupos económicos del país que sintieron que con el triunfo de Humala estaban por primera vez siendo derrotados, han terminado ganando y son los que siguen gobernando el país.
¿Cuales han sido las consecuencias de esta política para el país y para la población?
En primer lugar sin duda hay una política y decisiones que están afectando los derechos económicos, sociales, culturales, ambientales, de poblaciones muy significativas, me refiero sobre todo a los pueblos indígenas que vieron con mucha expectativa este gobierno que comenzó aprobando una ley que reconocía el derecho de los pueblos indígenas a la consulta previa libre e informada, sin embargo hasta este momento esta ley no ha sido implementada. El modelo económico sigue apostando por el crecimiento y la expansión de industrias extractivas de minería e hidrocarburos que son la principal fuente de conflictos sociales, que han aumentado en número y en intensidad durante el gobierno de Humala.
La minería ha sido la piedra angular del modelo de desarrollo peruano, ¿cómo se mide el impacto social que ha tenido?
La defensoría del pueblo hace un seguimiento a los conflictos sociales que se producen en el país. Y este organismo muestra que en el Perú la gran mayoría de conflictos, el 50%, son conflictos socioambientales vinculados a la minería y a los hidrocarburos. Si uno revisa los casos por los cuales el Estado peruano está siendo llevado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la gran mayoría están vinculados a actividades extractivas.
Un tercer indicador es la presencia territorial de dichas actividades. A comienzos de la década del 90 la minería ocupaba en todo el Perú 2 millones 300 mil hectáreas. Hoy en día la cifra asciende a 26 millones de hectáreas. Esa ocupación territorial ha provocado el desplazamiento de poblaciones y disputas por la tierra y la transformación de actividades tradicionales como la agricultura o la ganadería. No hay minería sin un control de tierras, de recursos hídricos, que estaban bajo control de comunidades campesinas e indígenas, que ven en la minería a un actor que compite con ellos y los desplaza de sus tierras.
Parece ser la historia de América Latina
Perú no es una excepción, esto ocurre en toda América Latina. No hay que olvidar que hoy en día América Latina es la región en el mundo que recibe los mayores flujos de inversión. Casi el 25% de todo lo que se invierte en minería en el mundo viene a América Latina. Entre los top ten de los principales destinos de las inversiones mineras está México, Brasil, Perú, Chile, Colombia, Argentina, hay un buen número de países de América Latina que están recibiendo flujos de inversión y donde los conflictos sociales vinculados a estas actividades están creciendo. Es una presión muy grande sobre todo para los países que se encuentran en la Amazonía.
Una presión que ejercen los países industrializados y también los emergentes como China, ávidos de recursos naturales.
La responsabilidad de Europa es enorme. En el caso peruano más del 50% de las inversiones en minería provienen de Europa. De países de la UE. Uno de los principales destinos de los minerales provenientes de América Latina es la Unión Europea. Los tratados de libre comercio y los tratados bilaterales de inversión que los países de la UE firman con nuestros países buscan generar condiciones favorables para los inversionistas y muy desfavorables para los países. Esta presión ha sido muy fuerte en los últimos 15 años y va a seguir siéndolo en los próximos 15 o 20 años.
¿Qué hace particular a América Latina en la competencia global por recursos?
Hay regiones en donde hay petróleo, otras donde hay gas, o minería metálica y no metálica, regiones en donde hay recursos hídricos, pero quizás la única en donde hay todo eso junto, gas, minería, petróleo, agua, es América Latina. La presión seguirá siendo muy fuerte porque los yacimientos son escasos. Los yacimientos mineros, los pozos petroleros, las reservas de gas y de agua, son cada vez más escasas y la presión por controlarlos cada vez mas fuerte.
Se teme que acaben destruyendo la Amazonía, ¿cuál es el pronóstico?
Estamos en un escenario de calentamiento global, de cambio climático en donde territorios importantes de la región están siendo fuertemente presionados, la Amazonía es el mejor ejemplo de eso. En el caso peruano manejamos estadísticas alarmantes. Los riesgos de que la amazonía se sabanice, son muy altos. En todo el siglo XX hubo un año donde hubo escases de lluvias en la Amazonía, en los primeros diez años del siglo XXI ya ha habido tres años de sequía. Los proyectos de infraestructura, que buscan trasladar aguas de la cuenca amazónica hacia la cuenca del pacífico, son proyectos presionados por intereses económicos y que agudizan la precariedad de los equilibrios ambientales. Los riesgos son enormes y también la presión. Lamentablemente la voluntad política para proteger estos ecosistemas es muy reducida.
¿Cómo se ha percibido el Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y Perú y Colombia?
Hubo desilusión. Se pensó que las negociaciones al tratado de libre comercio entre la UE y el Perú y Colombia iban a ser distintas, los resultados han sido los mismos. Los criterios comerciales están muy por encima de los criterios medioambientales o de derechos humanos. Doble discurso y doble estándard para regular las relaciones económicas y el acceso a mercados y a recursos. Ahora se están negociando unos acuerdos para garantizar el acceso a materias primas de economías como la alemana. Todo esto agudiza una situación cada vez menos sostenible.