¿La Bolsa de Nueva York en manos alemanas?
14 de febrero de 2011Como tantas novedades que circulan día a día por Wall Street, ésta tampoco sorprendió demasiado a los agentes: el viernes se comenzó a difundir la noticia acerca de una posible unión de la New York Stock Exchange (NYSE) con la Bolsa de Fráncfort. En un principio, los agentes creyeron que la NYSE se tragaría a la Deutsche Börse. Sin embargo, cuando se dieron cuenta de que eso podría ser justamente al revés, cundió por un momento el pánico.
“Pensé que iba a suceder lo mismo que con Budweiser”, comenta uno de los agentes, que desea permanecer en el anonimato. Budweiser, la tradicional marca de cerveza estadounidense fue comprada por una compañía europea. “Wall Street también es un ícono estadounidense que ahora pasará a manos europeas”, añade, explicando que eso le duele un poco, pero que no hay nada que hacer, que los tiempos cambian.
Negocios lucrativos con derivados
Los agentes de la Bolsa de Nueva York saben muy bien que obtendrán beneficios de la fusión, en especial en lo que se refiere al negocio con derivados, que consiste en operar con subproductos financieros, como lo es, por ejemplo, la especulación sobre la evolución en los precios de las materias primas. La Bolsa alemana tiene, gracias a su filial Eurex, una posición aventajada en ese rubro, y una fusión con Fráncfort sería, por tanto, muy provechosa para la NYSE.
“Espero que podamos ofrecer a nuestros clientes una amplia gama de productos”, dice el agente Jason Weisberg. “Claro que para nosotros no cambiarán demasiado las cosas, ya que sólo somos clientes de la Bolsa”. Pero sí cambiará la situación para la Bolsa como empresa, ya que, de concretarse la fusión, los accionistas de la Bolsa de Fráncfort pasarían a poseer el 60 por ciento de las acciones, es decir, la mayoría. Sin embargo, la constelación de la nueva “Súper Bolsa” no representa una pérdida de poder para la NYSE, opina Arthur Cashin, un veterano de Wall Street. “Nuestro director, Duncan Niederauer, seguirá siendo presidente de la Junta Directiva de la nueva Bolsa, es decir, que el comité directivo de la Bolsa de Nueva York tendrá un rol importante en la toma de decisiones”, explica Arthur Cashin, que cuenta con más de 30 años de experiencia en Wall Street. Actualmente, Cashin trabaja en el parqué para UBS Financial Services. Según él, una fusión de la bolsa de Nueva York y la de Fráncfort sería una consecuencia lógica a la presión a que están sometidas por la competencia global. “Londres y la Bolsa de Canadá van a fusionar, y nosotros tenemos que mantener nuestra competitividad”, explica Cashin.
Mientras tanto, en la Bolsa de Nueva York ya se especula con la “toma” de los alemanes, y se bromea sobre el futuro nombre que se le dará al Blue Room, uno de sus salones, que podría pasar a llamarse “Cervecería”. Y juegan con la idea de que en la cantina habrá, a partir de ahora, “Schnitzel” en lugar de pastrami. También se hacen bromas pensando en que todos tendrán que aprender alemán, cueste lo que cueste.
La marca “Wall Street”
Algunos agentes de la NYSE ven la fusión con cierto temor, ya que en la Bolsa de Fráncfort se trabaja principalmente con medios electrónicos, dejando de lado cada vez más al parqué tradicional. Pero esa evolución se hubiese dado también sin intervención de la Bolsa alemana. “Es algo que no podemos controlar, por lo tanto, no necesitamos preocuparnos”, dice Jason Weisberg.
La Bolsa de Nueva York se fundó en 1792 con el “Tratado de Buttonwood”, firmado por los primeros agentes bajo un árbol cercano al nr. 68 de Wall Street, y así se empezó con la compra-venta de valores. Y ahora, a 200 años de su creación, Nueva York sigue siendo la capital financiera mundial. Los grandes bancos inversores están ubicados en la metrópolis a orillas del Río Hudson, y Wall Street es sinónimo de finanzas a nivel internacional.
“Esta marca es la que nos ayudará a que Wall Street continúe siendo un símbolo de los negocios financieros después de la fusión con la Bolsa de Fráncfort”, comenta el agente de bolsa que prefiere que no se mencione su nombre. “Wall Street es una marca, un emblema”, remarca. Y añade que los famosos y las grandes empresas siguen viniendo a Nueva York a tocar la campana para abrir las cotizaciones en lo que es la Bolsa más grande del planeta.
El mundo de las finanzas espera con atención las novedades que sigan a este anuncio, tanto en Nueva York como en Fráncfort. Todavía no abundan detalles sobre la fusión, aunque se especula con un panorama de fusiones de las grandes bolsas de valores del mundo, y algunos hasta hablan de una gran Bolsa global. Pero esto todavía es una ilusión. Mientras tanto, el ajetreo en los parqués no se detiene.
Autora: Miriam Braun (Nueva York)/ Cristina Papaleo
Editor: Enrique López Magallón