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La caída de Schevardnadze

ers23 de noviembre de 2003

La movilización popular contra el gobierno triunfó en Georgia. El presidente Eduard Schevardnadze presentó su renuncia, tras semanas de protestas por denuncias de fraude electoral.

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Schevardnadze, derrotado por la "revolución de terciopelo".Imagen: AP

Múltiples crisis, e incluso atentados contra su vida, había logrado sortear con éxito el presidente georgiano en su agitada trayectoria política. Pero ahora no tuvo más salida que presentar su dimisión, convencido de que no había otra salida para evitar el derramamiento de sangre. La ciudadanía, que en 1992 depositaba en él sus esperanzas y lo eligiera presidente con un 95% de los votos, le dio definitivamente la espalda, en medio de denuncias de corrupción y fraude electoral.

Un amigo de Alemania

Georgien Blumen für die Soldaten
Flores para los soldados georgianos, que no arremetieron contra la oposición.Imagen: AP

No es de extrañar que en Alemania se haya seguido con gran atención lo que ocurre en Georgia, ni que el ministro de Relaciones Exteriores, Joschka Fischer, manifestara su "profunda preocupación". A fin de cuentas, Eduard Schverdnadze es considerado un "amigo" desde que, como mano derecha de Michail Gorbachov, asumiera un papel clave en las negociaciones que hicieron posible la reunificación alemana. Tanto es así que en Berlín ya hay políticos que abogan por brindarle asilo en esta hora de zozobra.

Sus méritos como último ministro de Exteriores de la Unión Soviética y co-responsable de la perestroika, le aseguran aquí las simpatías de la población. Otra es la situación en su propia patria donde, si bien logró evitar una sangrienta guerra civil, no consiguió una verdadera estabilidad democrática ni menos la prosperidad con que la gente soñaba.

Intereses estratégicos

Su propia figura llegó a ser considerada por muchos como un obstáculo, sobre todo desde que quedaran en tela de juicio los resultados de las últimas elecciones parlamentarias, celebradas el 2 de noviembre. Observadores extranjeros confirmaron las denuncias de fraude.También es vox populi que la corrupción campea en el país, sin que el gobierno le hiciera frente.

Ölpipeline in Suspa
El oleoducto entre Baku, Azerbaiyán, y Supsa, en Georgia.Imagen: AP

¿Y ahora qué? Tanto Rusia como estados Unidos continúan atentos a los acontecimientos de Georgia, dado que ambos tienen intereses estratégicos en la región, relacionados con los oleoductos para el petróleo del Mar Caspio. Moscú quería que la ruta pasara por territorio ruso, mientras los estadounidenses intentan evitar su control, construyendo una tubería a través de Georgia y Azerbaiyán.