La compra del Washington Post: ¿una revolución?
7 de agosto de 2013Horas antes de que se supiera la noticia sobre la compra del Washington Post por Jezz Bezos, otro multimillonario hacía su primera aparición luego de haber adquirido otro periódico: The Boston Globe. Se trataba de John Herry, el propietario de los Red Sox de Boston (un equipo de béisbol) y también dueño del equipo de fútbol británico FC Liverpool. Tres días antes había concretado la adquisición del Globe, propiedad del New York Times. El monto pagado alcanzó los 70 millones de dólares. Veinte años atrás, el New York Times había desembolsado más de mil millones de dólares por tal publicación.
La pérdida de valor de un periódico que ha ganado más de 21 premios Pulitzer revela el declive de los grandes periódicos estadounidenses: mucho más que otros indicadores como el alcance, el número de lectores o los ingresos por publicidad. Solo en contadas excepciones, los periódicos estadounidenses de calidad no han encontrado una manera de salir a flote.
Incertidumbre financiera
El Washington Post es, junto con el New York Times y el Wall Street Journal, uno de los periódicos de referencia en Estados Unidos. Todos sabían que el Washington Post tenía problemas financieros. Durante mucho tiempo, los accionistas mayoritarios, la familia Graham, habían intentado revertir esta tendencia. Invirtieron en la edición digital, redujeron personal, cambiaron de enfoque, pero nada funcionó para sacar adelante al periódico.
La semana pasada, el grupo The Washington Post anunciaba una nueva pérdida de más de 14 millones de dólares (11 millones de euros) en su negocio de prensa escrita durante el segundo trimestre de 2013. Ahora, la familia Graham ha vendido a Jeff Bezos la mayor parte de las divisiones digitales e impresas del periódico por 250 millones de dólares. Las oficinas del rotativo en Washington seguirán siendo propiedad de los Graham.
Para Robert Picard, profesor del Reuters Institute for the Study of Journalism (Instituto Reuters para el estudio del periodismo) de la Universidad de Oxford en Inglaterra, no se trata de una mala compra. “Al menos a corto plazo será algo bueno para el periodismo, puesto que ahora habrá nuevos propietarios en el sector y con recursos para hacer que los periódicos sean rentables. Seguramente traerán una perspectiva diferente y más enfocada hacia el lado comercial”, explica.
Una tendencia en picada
Por ahora, según Picard, se ha asumido que los periódicos no son más un modelo para generar grandes ganancias, como en los años 90. Incluso los periódicos más importantes de Estados Unidos como el New York Times han tenido una gran cantidad de inversionistas, como por ejemplo, el mexicano Carlos Slim, otro multimillonario y uno de los hombres más ricos del mundo.
“Para todos estos grandes periódicos de Estados Unidos, sobre todo los de las zonas metropolitanas, este tipo de adquisiciones no tiene sentido”, señala. Por eso, es coherente que Bezos haya comprado el Post como persona y no que lo haya integrado en su compañía, Amazon. “Está todavía por verse lo que esta adquisición significará para el tipo de periodismo que se hace en esa redacción”, previene el académico.
Objetivos inciertos
A diferencia de otros multimillonarios que han incursionado en medios, como el liberal Warren Buffett o el conservador Rupert Murdoch, Bezos no ha sido hasta ahora identificado con ninguna tendencia política.
Parece evidente que el fundador de Amazon, Bezos, tratará de darle más importancia a la versión digital del Post. En una entrevista con un periódico alemán el año pasado, se le atribuía haber dicho que dentro de 20 años no se imprimirían más periódicos en el mundo. “Personalmente creo que todavía veremos periódicos en papel dentro de 20 años”, dice el experto en medios Christian Fuchs de la Universidad de Westminster, pero la tendencia es más bien ofrecer contenido en varios soportes: en línea, impresos y e-books.
Su colega Picard cree que debido a la experiencia de Bezos con Amazon, este dispone de vastos conocimientos en la distribución de contenidos, tanto analógicos como digitales. “Tratará seguramente de analizar lo que se puede hacer con la distribución digital”.
Señal de alerta para Alemania
Para los editores y periodistas en Europa esta adquisición es una señal alarmante. En los últimos 40 años, los medios impresos europeos han tenido un retraso de 10 años con respecto a los cambios que han pasado en Estados Unidos, comenta el académico Picard. “Pienso que estamos viendo un nuevo modelo que podría cambiar el sector, tanto en el ámbito de la publicidad como en cuanto a los lectores, algo que ya está pasando fuertemente en Alemania”.
Hasta no hace mucho, los medios impresos alemanes habían permanecido inmunes a esto, pero esta protección se ha acabado, señala Picard. “Vaticino grandes cambios en el sector durante los próximos años, sobre todo entre los grandes editores alemanes, poco importa si sus propietarios son grandes empresas públicas o privadas”.
Autor: Michael Knigge / lsrael Ayala
Editor: Pablo Kummetz