La conveniencia de instruir militarmente a los kurdos
11 de diciembre de 2014“Necesitamos derrotar militarmente a las milicias terroristas”, dijo la ministra de Defensa alemana, Ursula von der Leyen (CDU) al diario “Bild”, en referencia a la lucha contra el Estado Islámico (EI). Desde su ministerio, Von der Leyen quiere que el Gobierno alemán amplíe la misión de la Bundeswehr (FF.AA. alemanas) en el norte de Irak para apoyar a los kurdos en su lucha contra el EI.
Cerca de cien soldados alemanes se encargan de formar a las fuerzas Peshmerga - nombre oficial de las fuerzas armadas del Gobierno Regional del Kurdistán- en la región autónoma de los kurdos iraquíes. Según publica la edición digital del "Der Spiegel”, se planea que varias docenas de combatientes kurdos estén preparados a principios de 2015, sobre todo en lo que concierne a la búsqueda y desactivación de minas.
La misión de entrenamiento puesta en marcha por el Gobierno se coordinará en el marco de la alianza internacional contra el EI, informa un portavoz del Ministerio de Defensa. Alemania, de hecho, ya respalda a las unidades peshmerga. Durante el otoño, el ejército alemán les ha estado suministrando material de primeros auxilios, armas y equipamiento militar. Ya en abril, los soldados de la Bundeswehr empezaron a instruir a los peshmerga en Erbil y en Alemania.
Capacitación como concepto estratégico
Con esta misión de entrenamiento, el gobierno alemán pone en marcha un instrumento para gestionar la resolución de crisis internacionales, el llamado fortalecimiento. La idea es ayudarles a que sepan valerse por sí mismos, incluso militarmente. Ya sea en Afganistán, Somalia, Mali o Irak, las fuerzas de seguridad de estos países han de ser capaces de garantizar la seguridad y la paz en su territorio.
A principios de año, varios ministros y el presidente acordaron la necesidad de que Alemania asumiera mayor responsabilidad a nivel internacional. Y no sólo en lo que se refiere a política exterior, sino también militarmente. La Fundación Ciencia y Política (SWP, por sus siglas en alemán) describe así el nuevo rol: aunque Alemania quiere asumir más responsabilidad en lo que a política exterior se refiere, preferiría no hacerlo directamente de forma militar. Puesto que una intervención sería difícil de digerir a nivel político interno, parece que las misiones de capacitación son una buena alternativa para los intereses alemanes. Tanto es así que hasta el envío de armamento a los peshmerga habría propiciado ya un debate sobre política de seguridad.
Una misión de entrenamiento, sin embargo, podría ser una contribución razonable para la estabilización de la situación en la zona, asegura la portavoz de Defensa de los Verdes, Agnieszka Brugger. Cuando se nos pregunta acerca de la conveniencia de equipar o formar, es necesario “sopesar muy cuidadosamente en qué medida el conocimiento o las armas son capaces de agudizar los conflictos”, advierte Brugger. El enfoque de esta capacitación recae en gran medida en las fuerzas armadas. Políticamente, al gobierno alemán le faltan ideas y conceptos en lo referente a Irak.
Además, en su informe, la SWP llega a la conclusión de que “armar y equipar” no significa necesariamente poner fin a un conflicto. “Un excedente de financiación, entrenamiento y equipamiento no solo puede ser ineficaz, sino que puede resultar contraproducente y puede poner en peligro la garantía de seguridad”. En Mali, por ejemplo, combatientes formados por soldados estadounidenses desertaron y se unieron a grupos islamistas en su lucha contra el gobierno legítimo del país. En Irak, asimismo, muchos exsoldados han pasado a formar parte de las milicias terroristas del EI.