Las meliponas son abejas sin aguijón, nativas de las regiones tropicales como Centroamérica. En total, existen entre 400 y 500 especies de meliponas. Solo en Honduras, hay más de 40 tipos. En este país, la meliponicultura o cría de abejas meliponas es una tradición familiar, un conocimiento que se hereda desde hace generaciones. Ya las comunidades mayas criaban, utilizaban y cuidaban estas abejas autóctonas, aprovechando su dorada miel. Celebraban su manejo y cosecha con festividades y rituales. Sin embargo, están en riesgo de extinción, sobre todo por el uso de agroquímicos. Ahora, proyectos e iniciativas apuestan por la promoción del rescate de este tipo de abeja en el país centroamericano. En comparación con la Apis melífera, las meliponas producen 4 o 5 veces menos miel por colmena, sin embargo, su producción se comercializa con un valor tres o cuatro veces mayor. Esto, ya que posee propiedades medicinales, aseguran los meliponicultores. La meliponicultura está beneficiando a las familias económicamente, convirtiéndose en una opción al café, que incentiva la tala de árboles. En la comunidad lenca Zopilote de Belén Gualcho, gracias al apoyo de la cooperación alemana para el desarrollo y la labor de entidades locales, se ha logrado multiplicar las colmenas de la comunidad. Un año después de que surgiera el proyecto, casi la mitad de las 52 familias que conforman este pueblo crían y cultivan meliponas, creando una alternativa productiva para la comunidad, de bajo impacto ambiental y sostenible. Según la ONU, más del 70% de los alimentos que se consumen en el mundo dependen de las abejas, ya que ellas son las que polinizan las especies vegetales y contribuyen al equilibrio de la naturaleza.