La Deneuve cumple 65
20 de octubre de 2008La belleza puede ser una maldición. En el caso de Catherine Deneuve, sin embargo, la belleza también es una forma de inteligencia. En más de 45 años de carrera, la gran dama del cine francés creó una imagen que la muestra siempre femenina, sensual e irresistible, pero inalcanzable. Como la estatua de mármol de la figura nacional francesa "Marianne", a la que prestó rostro en 1985.
Este hermetismo tan atractivo inspiró a grandes cineastas para realizar obras maestras del séptimo arte.
"Indochine", de Régis Wargnier, y "El último metro", de François Truffaut, atrajeron a millones de personas al cine. Una y otra vez la Deneuve, que este miércoles 22 de octubre cumple 65 años, inspiró a directores como Lars von Trier, Leos Caraz, Raoul Ruiz, Manoel de Oliveira y François Ozon.
Lo que se oculta detrás de su aspecto inmaculado seguirá siendo su misterio. En entrevistas, la estrella suele mostrarse formal y reservada. E incluso en sus diarios "A la sombra de mí misma" los lectores se enteran de muy poco de su vida personal. El libro consiste en recuerdos de algunos de sus rodajes. Describe sin aires de diva las alegrías y los sufrimientos de su trabajo: los diferentes papeles, las condiciones de trabajo, las localizaciones, los encuentros, la falta de sueño y el agotamiento.
"Me escondo"
"Me escondo", dijo una vez hace años en el Festival de Cannes, donde es una de las invitadas habituales. Este año, estuvo allí con dos películas: la historia familiar "Un Conte de Noël", de Arnaud Desplechin, y "Je veux voir", de Joanna Hadjithomas y Khalil Joreige, una producción sobre los efectos de la guerra en el Líbano.
"Ya de muy joven me vi expuesta a la brutalidad y la vulgaridad de los diarios. Eso me consternó de tal manera que comencé a protegerme", sostuvo.
Los primeros titulares que causaron revuelo en Francia los generó en 1964. No sólo porque en Cannes ganó la Palma de Oro "Los paraguas de Cherburgo", sino porque a los 20 años se convirtió en madre soltera. Una situación difícil en la Francia previa al 68. El padre de su hijo Christian fue el mujeriego Roger Vadim.
Vadim, que entonces era el marido de Brigitte Bardot, fue el que descubrió a Deneuve para el cine en 1960. Dos años después, le dio su primer papel importante en su película "El vicio y la virtud", en la que encarnó a la virtud.
Cuando Deneuve conoció a los 17 años a Vadim, 15 años mayor, no sólo rompió con sus padres. Bajo la influencia del director, la morena se tiñó de rubio, como BB.
Una rubia sexy e inalcanzable
El director la introdujo en el jet set y convirtió a la tímida y reservada Catherine en una rubia sexy e inalcanzable. De "castidad llena de sex appeal" calificó él su irradiación, que desde entonces se convirtió en su seña de identidad. Al "encanto de la virgen profesional" sucumbió también Roman Polanski, con el que rodó "Repulsión".
Deneuve, sin embargo, siempre se defendió de la imagen de sex symbol. "Sex symbol. ¿Qué significa eso? Invierto bastante más en cada película que sólo mi aspecto. El sexo es para mí demasiado chato, demasiado unidimensional. No soy un póster de una revista masculina. Erotismo es una palabra mucho más apropiada. En todo momento estoy dispuesta a explorar ámbitos eróticos, pero estoy muy lejos de explayarme al respecto en público", dijo una vez en una entrevista. Y justo ésa es la receta de su éxito: Belleza en forma de inteligencia.