La dulce espera de Aristóbulo Istúriz
19 de julio de 2016
Cuando el jefe de Gobierno venezolano, Nicolás Maduro, anunció la reorganización de su Gabinete el 6 de enero de 2016, causó extrañeza que Jorge Arreaza –yerno del difunto mandatario Hugo Chávez (1954-2013)– dejara de ser el primero en la línea de sucesión para reemplazarlo si éste llegara a faltar: de un día para otro, Arreaza perdió el rango de vicepresidente; en sus manos quedaron solamente el Ministerio de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, y la coordinación de los programas sociales, conocidos como “misiones” en la jerga oficial.
La segunda sorpresa de aquel día fue el nombramiento de Aristóbulo Istúriz, entonces gobernador del estado oriental de Anzoátegui, como sustituto de Arreaza. Ya en ese momento estaba claro que si el referendo orquestado por la oposición se pospone hasta después del 10 de enero de 2017 y la mayoría de los venezolanos vota por interrumpir la gestión de Maduro, no habrá elecciones adelantadas: será el vicepresidente quien complete el mandato del político revocado. ¿Logrará Istúriz mantenerse en esa posición hasta el año que viene?
Eso está por verse. La presión para que el plebiscito revocatorio se lleve a cabo antes de 2017 está aumentando. Este lunes (18.7.2016), el mayor general retirado Clíver Alcalá Cordones –uno de los militares que más frontalmente ha criticado a Maduro y a su entorno– se unió a varios exministros de Chávez (1999-2013) y a representantes de la formación “chavista no madurista” Marea Socialista para exigirle públicamente al Consejo Nacional Electoral que permita someter a votación la permanencia de Maduro en el poder.
Larga trayectoria
“La situación en Venezuela es tan opaca que ni los analistas más avezados se atreverían a predecir el futuro político de ese país de una manera muy concreta. Pero, personalmente, yo no creo que Maduro esté preparando su salida ni mucho menos que él vea a Istúriz como su sucesor”, comenta desde Rostock el politólogo Jesús Azcargorta, autor del libro Los partidos monopólicos latinoamericanos, cuando se le pregunta por las probabilidades de que el actual vicepresidente termine tomando las riendas del Gobierno hasta 2019.
El profesor de 69 años recaló en la jerarquía del chavismo impulsado por su trayectoria como activista social y político. Nacido en 1946 en Curiepe, estado Miranda, Istúriz participó activamente en luchas sindicales y militó en el partido socialdemócrata Acción Democrática (AD), que entre 1959 y 1994 compartió el poder alternativamente con el socialcristiano Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI) y hoy es parte de la mayor coalición de partidos opositores de Venezuela, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Istúriz fue diputado y alcalde del municipio Libertador de Caracas entre 1993 y 1996. Tras abandonar las filas de AD, se unió a la formación de origen sindical La Causa Radical –hoy adversa al chavismo–, con cuyo respaldo consiguió ser elegido alcalde de Caracas. En 1997 cofundó el partido de centro izquierda Patria Para Todos, que prestó su apoyo a la candidatura de Chávez en los comicios presidenciales del año siguiente. En las primeras elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente de 1999 Istúriz obtuvo un escaño.
En 2000 ocupó la segunda vicepresidencia de la Asamblea Nacional Constituyente. También fue vicepresidente para América Latina y el Caribe del Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU). En 2001, Chávez lo designó ministro de Educación, cargo en el que se mantuvo seis años y desde el que impulsó la campaña de alfabetización de la llamada “Misión Robinson”, que afirmó haber erradicado el analfabetismo en el país caribeño. A partir de 2012 se desempeñó como gobernador del estado Anzoátegui.
“Experiencia y cierto manejo político”
Al confirmarse la victoria de la oposición antichavista en las elecciones legislativas del 6 de diciembre de 2015, Istúriz asumió “responsabilidad plena” por el fracaso del oficialismo y puso a disposición su cargo como vicepresidente del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). “Los dirigentes estamos obligados a dar la cara al pueblo siempre; pero cuando hay una derrota nadie sale. Me toca salir a mí”, declaró en aquel momento. En lugar de perjudicarlo, ese gesto pareció favorecerlo un mes más tarde.
Hasta el líder opositor Henry Ramos Allup, secretario general de AD y presidente del Parlamento venezolano, aplaudió el nombramiento de Istúriz como vicepresidente ejecutivo de la República, aunque no sin un toque de ironía. “Él tiene experiencia y cierto manejo político; a lo mejor es para compensar las carencias que en este caso tiene el propio presidente Maduro”, dijo Ramos Allup. A menos que un nuevo cambio de Gabinete lo separe de su puesto o que los venezolanos revoquen el mandato de Maduro antes de 2017, cabe augurarle a Istúriz una página en los libros de historia de Venezuela como el 52º jefe de Gobierno de ese país.
Evan Romero-Castillo ( EFE / dpa / Reuters / www.poderopedia.org )