La globalización cultural
4 de enero de 2006
Heimat, en alemán hogar, patria, ¿qué es lo que lo define?, ¿las vivencias de nuestra niñez?; ¿la influencia que ejerce el lugar donde nacemos y donde vivimos la infancia? ¿Es eso la identidad? Eso a lo que llamamos nuestras raíces, querámoslo o no, es una parte integrante de nuestra personalidad, pero ¿qué pasa cuando desaparece aquello que alguna vez fue nuestra patria? Un estudio publicado por la revista Psychologie Heute se ocupa de esta cuestión y sostiene que la disolución de aquello que llamamos nuestras raíces es algo inevitable. La globalización es responsable de la desaparición de aquello que considerábamos propio.
Precisamente los alemanes, tan amantes de los viajes a lugares exóticos ya no se sienten extraños en ningún lado, pues la globalización ha creado una especie de fusión de las culturas del mundo. El intercambio multiétnico elimina todo elemento exótico. "El resultado: en vez de mil impresiones nuevas, la misma impresión mil veces", escribe el escritor Martin Hecht en un artículo publicado en el ejemplar de diciembre de la revista.
Globalización y juventud
La política y la economía atribuyen a la globalización muchos problemas y fenómenos que ocurren hoy en día. Pero, ¿cómo afecta nuestra vida diaria, nuestro desarrollo personal y profesional a lo largo de nuestra biografía? Esta cuestión fue el tema de análisis de un equipo internacional de investigadores de 18 países bajo la dirección del sociólogo alemán Hans Peter Blossfeld de la Universidad de Bamberg, que observó a lo largo de cinco años las biografías de hombres y mujeres de diversas edades, con el objetivo de responder a la pregunta de ¿cómo transforma la globalización el comportamiento de la juventud que debe confrontar una creciente inseguridad en su perspectiva futura?
Los autores del estudio Globalife examinaron las condiciones de vida en países como Alemania, Estonia, Francia, Gran Bretaña, Irlanda, Italia, Canadá, México, Holanda, Noruega, Suecia, España, Hungría y Estados Unidos, y constataron que en aquellos países en donde la planificación familiar es más sólida, el índice de natalidad es mayor. Entre ellos se encuentran Irlanda y Francia, y por supuesto, países escandinavos como Noruega y Suecia, en donde hay una red social acompañada de políticas efectivas. Los suecos han logrado instaurar un amplio programa que comprende desde Jardines de Niños hasta modelos de medios tiempos de trabajo, así como numerosos atractivos para que los jóvenes puedan combinar la formación de una familia con el desarrollo profesional.
Germanos y anglosajones
El esquema alemán en cambio es todavía muy conservador pues privilegia la figura de ama de casa, en combinación con un mercado laboral cerrado de difícil acceso tanto para novatos como para desempleados. El programa alternativo del mundo anglosajón (Gran Bretaña, Canadá y Estados Unidos), se llama a sí mismo liberal pero se destaca por ofrecer pocas oportunidades a los jóvenes debido a una pasiva política laboral.
El estudio no concluye con pronósticos, sino se entiende como un paso para entender el proceso de globalización, describiendo la situación actual de cada país.
Bajo el título Globalization, uncertainty and youth in society, de los autores Hans Peter Blossfeld, Eric Klijzing, Melinda Mills y Karin Kurz, el estudio fue publicado en el 2005 por la editorial Routledge, London/New York.