La "indignación" española llega a Berlín
19 de mayo de 2011Faltan pocos minutos para las tres y media de la tarde. A esa hora está convocada, en pleno corazón de Berlín, una concentración de protesta a imagen y semejanza de las que se han extendido como un reguero de pólvora por toda la geografía española. "Apoyo a Democracia Real en Berlín", rezaba apenas veinticuatro horas antes una página de Facebook animando a manifestarse a aquellos ciudadanos españoles residentes en la capital alemana que, como decenas de miles de compatriotas en los últimos días, reclaman para su país un profundo cambio de modelo político y social.
De camino a la Embajada española en Berlín, a bordo de un autobús de la línea 200, a la chica que ocupa el asiento de enfrente le suena el teléfono móvil. Responde en castellano: "¿Ya habéis llegado? ¿Hay mucha gente? Estoy allí en cinco minutos". Está claro: se dirige a la concentración. Una vez que ha colgado el teléfono, entablamos conversación. Nacida en Barcelona, lleva cuatro años viviendo en Berlín. Trabaja como administrativa para una empresa española. Es un trabajo a media jornada que, asegura, le permite una cierta independencia. Cuando menos, una mayor independencia de la que gozaba cuando estaba en España. Allí vivía en casa de su madre. No por gusto, sino porque no podía permitirse otra cosa.
"Si votar sirviera para algo, estaría prohibido"
En la Lichtensteinallee, en pleno Tiergarten berlinés, apenas una treintena de jóvenes y algunos periodistas se concentran ya coincidiendo con la hora de inicio de la protesta. La puntualidad, como reza el tópico, no parece ser uno de los puntos fuertes del carácter español. Sin embargo, con el paso de los minutos, crece la afluencia. Hasta superar el centenar de personas que, previa negociación con la policía alemana, ocupa un pequeño lugar en la explanada situada frente a la embajada.
Los lemas que se pueden leer en las pancartas son toda una declaración de intenciones: "Si votar sirviera para algo, estaría prohibido"; "Violencia es cobrar 600 euros"; "No hay pan para tanto chorizo"; o "Precarios del mundo, uníos". También en el manifiesto que reparten entre los asistentes, en inglés y alemán, se pueden leer las mismas reivindicaciones, punto por punto, que figuran en el manifiesto que desde hace días cuelga de la página web del movimiento "Democracia real ya".
En resumen, demandas que cargan las tintas contra la clase política española. Contra lo que califican de "dictadura partitocrática" encabezada por los dos grandes partidos nacionales, el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Más poder para el pueblo y, sobre todo, garantizar determinados derechos básicos -vivienda, trabajo y educación, entre otros- forman parte de las peticiones del manifiesto.
"Alemanes" indignados
Al más puro estilo asambleario, los participantes en la protesta van tomando sucesivamente la palabra. La inmensa mayoría son jóvenes. Casi todos, españoles residentes en Berlín. Estudiantes y trabajadores. También algún alemán que ha querido acercarse para conocer de primera mano los motivos de la concentración. De la "spanish revolution" que, como se puede leer en una pancarta, este colectivo de "indignados" pretende convertir en "german revolution". Y es que hay quejas específicas sobre el funcionamiento del panorama político y económico español, pero también sobre la situación a nivel global. Los banqueros, por ejemplo, son uno de los objetivos.
Hay que explicar el por qué de la protesta española, pero también intentar sumar adeptos a una causa que traspasa fronteras. Poco a poco, se van concretando los objetivos. De entrada, una nueva concentración, el sábado 21 de mayo -jornada de reflexión en España, donde el domingo se celebran elecciones municipales y regionales-, frente a la emblemática Puerta de Brandeburgo. Esperan no estar solos: ciudadanos de Grecia y Portugal, otros de los países de la Unión Europea con los que más se ha cebado la crisis, están invitados.
El poder de las redes sociales
Sin Facebook, blogs y otras plataformas de internet, el más de centenar de españoles residentes en Berlín no hubieran podido organizar una concentración de este tipo en apenas unas horas. Los presentes en la protesta de la Embajada española en la capital alemana son conscientes de ello y del potencial que la Red les concede para propagar su mensaje. Vídeos, fotografías y manifiestos circularán en los próximos días, antes y después de la concentración de la Puerta de Brandeburgo. Sin intermediarios -hay cierta desconfianza en el papel de los medios de comunicación-, el mensaje llegará -creen- sin interferencias.
Un mensaje que quieren hacer llegar más allá del 22-M, la jornada electoral española. Se necesitan reformas estructurales y la corriente de protestas de los últimos días debe perdurar para hacerlas realidad. Como, por ejemplo, una reforma de la ley electoral que acabe con el bipartidismo dominante en España. Y que permita una mayor participación ciudadana en las decisiones políticas. ¿Utopía? Veremos. Quizás se cumpla lo que rezaba una de las pancartas en Berlín: "Otro mayo es posible".
Autor: Emili Vinagre
Editor: Emilia Rojas-Sasse