"La jubilación a los 60 choca con la realidad"
27 de mayo de 2010
Le Monde, de París: “El dogma de la jubilación a los 60 años no condice con la realidad. ‘Si vivimos cien años, no podremos de ningún modo jubilarnos a los 60', dijo recientemente el presidente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn. Los que se inician en la profesión son cada vez mayores, y cada vez se aporta durante más tiempo a las cajas de pensiones (41,5 años en 2020). Poco a poco, el inicio de la edad jubilatoria se postergará hasta los 63 o 64 años. En Francia, está actualmente en los 61,6 años. Por otra parte, no se puede remplazar un dogma por otro sistema aún más rígido. El aumento de la edad de jubilación no debe castigar a quienes comenzaron su etapa activa a los 16 años y tienen una expectativa de vida más reducida. A los 60, un empleado vive, en promedio, siete años más que un obrero. No podría ser más justo entonces tomar en cuenta para la reforma jubilatoria los períodos laborales extensos y la fatiga causada por el trabajo.”
Liberation, de París: “La oposición socialista tiene que cambiar sus argumentos. No puede pretender que los aportes de las empresas basten para compensar el déficit en las cajas de pensión. Es cierto que el capital debe pagar, pero esos recursos no son suficientes en absoluto. ¿Se podrá mantener la edad jubilatoria en los 60 años? Seguramente, pero sólo será posible si se aporta durante un período más largo y si se aumentan los impuestos a los pensionados. Sin duda, se trata de realidades desagradables e impopulares, muy nocivas para el éxito en las urnas. Pero la mayoría de los franceses ya comprendió que una mayor expectativa de vida requiere también una modificación de las regulaciones. Quien no lo acepte o se esconda detrás de las protestas contra la reforma, tampoco puede gobernar.”
EE.UU. se recuperará más rápidamente que Europa
Der Standard, de Viena: “El principio estadounidense de ‘hire and fire' podrá estar mal visto, pero la reducción de fuerza de trabajo durante la crisis económica alivia a las empresas y tiene como consecuencia que vuelva a contratarse mano de obra en la fase de recuperación. Europa se contuvo en este sentido, lo cual es positivo en el aspecto social, pero afecta fuertemente la productividad. La jornada reducida tiene efectos a largo plazo. Así como el personal, también los déficits presupuestarios se reducen, por lo general, más rápidamente en EE.UU. que en Europa, lo que resulta en un incremento de los ingresos. Para Washington, ahorrar se hace imprescindible, pero no es de esperar una ola de medidas de ahorro de la envergadura de la europea. A raíz de eso, el responsable de la crisis podrá cerrar este capítulo en menos tiempo que la Unión Europea. Puede parecer injusto, pero, mientras EE.UU. puede volver a soñar, en Europa los sueños se desvanecen como pompas de jabón.”
Falta de claridad de la Comisión Europea
Frankfurter Allgemeine Zeitung, de Fráncfort: “¿Qué dimensiones deberán tener los fondos financiados por los bancos? ¿Quién los controlará? ¿Cuál será el derecho a intervención de la Unión Europea? El comisario europeo de Mercado Interior, Michel Barnier, deja a todas estas preguntas sin respuesta porque sabe que son controvertidas a nivel de la UE. Tal vez sea prudente seguir en la nebulosa. Con su anuncio de un impuesto a los bancos, el Gobierno alemán hace todo lo contrario. Los planes de Alemania implican una carga impositiva menor que no liberará a los contribuyentes de responder por los bancos importantes para el sistema. El Gobierno alemán da sobre todo la impresión de hacer algo, no importa qué. Barnier, sin embargo, no merece elogios por su falta de claridad. También él ha despertado expectativas que no puede cumplir.”
Autora: CP/dpa
Editor: Pablo Kummetz