La masacre de Winnenden
12 de marzo de 2009"La Croix", de Francia: "¿Qué hacer? Se pueden reforzar las leyes de armas, se pueden incrementar las medidas de seguridad en las escuelas, pero ni todas las leyes ni todas las medidas de seguridad podrán acabar con la violencia. En casos extremos no se podrá evitar este tipo de actos de desesperación que se registrarán mientras que se evite contestar a la interrogante de cuál es el tipo de sociedad que queremos para nuestros hijos?"
Como en la cárcel
"Le Temps", de Ginebra: "Después del drama de Erfurt los políticos alemanes prometieron hacer todo para evitar una repetición. Se prometió acabar con la escasez de profesores, con la falta de psicólogos en las escuelas. Se prometió la prohibición de venta de videojuegos especialmente violentos o por lo menos limitarla. Además se habló de regular de forma más estricta el acceso a armas. Ahora los diputados demandan que se instale detectores en las entradas de los colegios, colegios que en la gran mayoría ni siquiera cuentan con cámaras de observación".
Más vale prevenir…
"Der Standard", de Austria: "No se puede decir que en Alemania no se hizo nada después de la matanza de Erfurt. Se reforzaron las leyes para la posesión de armamento. Se incrementaron los requisitos para la venta de videojuegos, al darse cuenta que una matanza ya no era algo que acontecía únicamente en Estados Unidos. Sin embargo muchas otras medidas no se tomaron. El entonces ministro del Interior Otto Schily quería que cada escuela contratara a un psicólogo, pero todo quedó sólo en propósito. Si en el caso de Winnenden estas medidas hubieran servido para evitar la matanza no se sabrá jamás. Lo más lastimoso es ver que 7 años después de Erfurt Alemania debe recomenzar nuevamente con el trabajo de prevención."
La escuela moderna
El "Tagesspiegel", de Berlín: "El que quiere dar un fundamento a los niños y a los jóvenes debe tener la voluntad política de invertir en este grupo que es a la vez el más importante y el más débil de la sociedad. Se debe invertir precisamente ahí en donde los niños se alejan por lo menos durante unas horas de la familia: en las escuelas y en los jardines de niños. Los niños y los jóvenes que están orgullosos de sus escuelas y de pertenecer a ellas, que se sienten queridos y alentados, no desarrollan potencial violento o criminal, esto está demostrado científicamente. Y aún así muchas escuelas se asemejan más a fábricas de aprendizaje con personal superado. La valorización del individuo, la atención emocional personalizada es algo que no existe."