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La mayor tarea de Joe Biden: luchar contra el COVID-19

12 de noviembre de 2020

El futuro presidente de EE.UU. tiene planes ambiciosos para combatir la pandemia del coronavirus. Los expertos esperan un nuevo estilo de liderazgo que podría marcar una diferencia crucial en la lucha contra el COVID-19.

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USA Joe Biden mit Atemschutzmaske in Wilmington, Delaware
Imagen: Jonathan Ernst/REUTERS

Durante su primera aparición como presidente electo, Biden dejó en claro que la lucha contra la pandemia del coronavirus será su máxima prioridad. "Amigos, nuestro trabajo comienza con el control del COVID-19", dijo Joe Biden en su discurso de victoria en Wilmington, Delaware. "No podemos volver a encaminar la economía y nuestra salud o disfrutar de los mejores momentos de nuestras vidas - abrazar a nuestros nietos, celebrar cumpleaños y bodas - hasta que tengamos al virus bajo control".

El presidente electo prometió un "plan de acción" que será implementado cuando asuma el cargo el 20 de enero de 2021. "Este plan se basará en los cimientos de la ciencia", señaló Biden, y añadió que se hará "con empatía y preocupación".

Ante ello, los expertos se sintieron aliviados al saber que el futuro presidente de EE.UU. estará abierto al consejo de científicos y profesionales médicos. "Estoy muy esperanzado y optimista de que la administración Biden-Harris finalmente dará una respuesta federal basada en la evidencia científica", comentó a DW Ashwin Vasan, médico epidemiólogo y profesor del Centro Médico de la Universidad de Columbia, en Nueva York.

Distribución de vacunas, el "gran desafío”

Biden ha establecido un grupo de trabajo para la pandemia con tres expertos con amplios conocimientos y experiencia en el campo de la medicina: Vivek H. Murthy, David Kessler y Marcella Nunez-Smith.

Murthy fue el jefe de los servicios de salud pública durante la administración de Obama, cuando Biden era vicepresidente, y Kessler fue el representante de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) bajo los presidentes George H.W. Bush y Bill Clinton. Ambos han estado informando al presidente electo sobre la pandemia durante meses. Por su parte, Nunez-Smith es epidemióloga y profesora en la Escuela de Medicina de Yale, donde también es directora del Centro de Investigación e Innovación sobre la Equidad en la Salud.

Este grupo de expertos tiene ahora mucho trabajo por delante, pues en EE.UU. hay más de diez millones de casos de coronavirus y recientemente más de 100.000 nuevos casos por día, más que durante el primer brote de la pandemia en la primavera.

El anuncio hecho el lunes por la compañía alemana BioNTech y su socio estadounidense Pfizer, de que su vacuna contra el COVID-19 ha demostrado ser en un 90% efectiva en el ensayo de fase III en curso, es considerado por la mayoría de los médicos como una buena noticia. Pero el éxito en la fase de prueba hoy no significa vacunas para todos mañana. Y el asunto tampoco termina con la fabricación de la vacuna. Aún quedan muchas preguntas abiertas.

"Una de las cosas más importantes que tiene que hacer [el futuro presidente] es desarrollar un programa de distribución de vacunas que sea eficiente y justo", apunta el experto Vasan, que también es director de Fountain House, una organización de salud mental de Nueva York.

"Este es un gran desafío que tenemos por delante tanto en el lado de la producción como en el de la distribución. El gobierno de Estados Unidos no solo tiene que asegurarse de que se produzcan vacunas, sino que tiene que distribuirlas sabiamente, centrándose primero en los trabajadores clave, las personas altamente expuestas y vulnerables”, enfatiza Vasan.

USA Keystone I Donald Trump am Mount Rushmore National Memorial
Julio de 2020: Los asistentes al evento del Día de la Independencia en el Monte Rushmore en Keystone, Dakota del Sur esperan a Donald Trump. Son pocos los que llevan mascarillas.Imagen: Reuters/T. Brenner

"Usar mascarillas salva vidas"

La otra gran tarea para Biden: la despolitización del uso de la mascarilla. En la actualidad, hay un abanico de reglas que varían de un estado a otro. Cuando se viaja a estados gobernados por republicanos como Dakota del Sur, no es raro ver que la gente no lleve una mascarilla, desde gente en la calle hasta gente que va de compras, y ni siquiera los camareros en los restaurantes las usan. En otros lugares, como en Washington, el uso de una mascarilla es obligatorio tan pronto como se sale de casa. Y la mayoría de la gente sigue esta regla.

"Los expertos coinciden en que miles de vidas pueden ser salvadas si los estadounidenses usan mascarillas", según el sitio web de Joe Biden. En ese sentido, "el presidente electo Biden seguirá instando a todos los estadounidenses a usar una mascarilla cuando estén cerca de personas fuera de su casa, y pide a todos los gobernadores que sean obligatorias en sus estados”.

Vasan saluda esa política de mascarillas uniforme del futuro presidente, que ha usado el protector de boca y nariz en todas las apariciones públicas desde el comienzo de la pandemia, a diferencia del aún presidente Donald Trump.