La mecha vuelve a encenderse en el Líbano
13 de julio de 2006La prensa israelí habla directamente de guerra. Y, en realidad, se trata de la peor escala de violencia entre Israel y el Líbano desde que las tropas israelíes se retiraron del sur de ese país, tras 18 años de ocupación. Docenas de cohetes Katiushka han impactado territorio israelí; más de un centenar de blancos libaneses han sido atacados, incluyendo el aeropuerto de Beirut. Y los llamados de la ONU, la Unión Europea y diversos países a frenar esta espiral caen una vez más ensaco roto, al igual que la demanda de libertad para los dos soldados israelíes secuestrados por las milicias de Hizbollah en un enfrentamiento que además costó la vida a varios de sus compañeros.
Violencia ineficaz
La intención del gobierno de Ehud Olmert de establecer un bloqueo, por aire, mar y tierra -como lo indicó la radio del ejército israelí- apunta a incrementar la presión sobre el gobierno del Líbano, al que se responsabiliza del secuestro. ¿Pero, en qué medida podrían dar resultado tales operaciones, en vista de que Hizbollah atiende sobre todo a la voz de sus mentores de Damasco y Teherán, mientras Beirut se muestra a todas luces incompetente para controlarla?
Claudia Baumgart, de la Fundación para Investigaciones de Paz y Conflictos de Hesse (HSFK), se muestra pesimista. Ciertamente, el Líbano es responsable de lo que ocurre en su territorio y los ataques que desde allí se lanzan, hace notar la experta en el Cercano Oriente. Pero la reacción militar israelí no promete surtir el efecto que se persigue en Tel Aviv. "Esto no ha servido de nada desde hace 30 años y tampoco servirá ahora", indica la investigadora, que califica la situación de "muy peligrosa".
¿Se repite la historia?
Israel combate ahora en dos frentes: el Líbano y la franja de Gaza. Y, por un instante, da la impresión de que la rueda de la historia ha girado hacia atrás. La retirada de Gaza ha quedado, de facto, en nada y aunque las autoridades israelíes aseguren que las actuales operaciones no la ponen en duda, la realidad militar tiene otro aspecto, como indica Claudia Baumgart. No obstante, la investigadora no cree que se llegue a reeditar una ocupación prolongada del sur del Líbano, porque "los israelíes tuvieron una mala experiencia años atrás". En cambio, prevé una arremetida fuerte y de duración limitada, como la que estamos viendo.
A juicio de la investigadora, ya es demasiado tarde para la exhortaciones bien intencionadas de la comunidad internacional. Los llamamientos, por sí solos, no surtirán efecto. Por otra parte, resulta poco realista pensar en que el Consejo de Seguridad de la ONU pueda intervenir y menos enviar tropas. Sobre todo Estados Unidos, que ve en Israel la avanzadilla de la democracia en la región, mantiene su postura de que el país tiene derecho a defenderse. Así las cosas, las perspectivas no son muy tranquilizadoras.
Oportunidad para la diplomacia
"Claro está que siempre hay que dar una oportunidad a la diplomacia", afirma Claudia Baumgart. Y menciona la posibilidad de que se intente inducir a Damasco a mediar para conseguir la liberación de los soldados israelíes. Consultada sobre si Alemania podría desempeñar un papel mediador -teniendo en cuenta de que ya terció con éxito para que Hizbollah liberara a un empresario israelí y devolviera los cuerpos de tres soldados, en enero de 2004, a cambio de la liberación de unos 400 prisioneros árabes- la experta del HSFK no aventura conjeturas, pero afirma "que los alemanes están en buena posición, porque tanto en Israel como en el mundo árabe se los considera mediadores fiables."