La política financiera europea, en jaque
31 de mayo de 2009Qué tiempos eran aquellos en los que ya se consideraba “pecador” a quien contraía nuevas deudas superando el tope máximo establecido en la UE, del 3% del PIB, aunque lo rebasara sólo en un 0,1%. Entretanto, semejantes cifras son de ensueño para la mayoría de los países europeos. De acuerdo con los pronósticos de la UE, 20 de los 27 Estados miembros contraerán este año deudas muy por encima de ese límite. También Alemania volverá a convertirse en “pecador presupuestario”.
La peor recesión desde la II Guerra Mundial
El ministro germano de Hacienda tiene argumentos irrebatibles: “La República Federal de Alemania y amplias zonas de Europa y el mundo no habían sufrido una recesión semejante por lo menos desde la II Guerra Mundial”, hace notar Peer Steinbrück, añadiendo en cuanto a la coyuntura germana que “es muy probable este año se registre efectivamente un crecimiento negativo del 6%.”
La contracción económica implica que el Estado recauda menos impuestos y, simultáneamente, debe incrementar sus gastos para apuntalar la actividad económica y sostener a un número creciente de desempleados. Esto, sin olvidar las millonarias inyecciones financieras para los bancos.
Déficit en aumento
El economista Kai Carstensen, del instituto muniqués Ifo, pronosticó hace un tiempo que “el déficit financiero alemán se elevará en 2009 a 89.000 millones de euros, lo que equivale a una tasa del 3,7%”. A su juicio, el monto deficitario crecerá aún más el año entrante, llegando a “unos 133.000 millones de euros, equivalentes al 5,5%”.
La Comisión Europea prevé un déficit todavía mayor. Pero éste se generará con la venia de Bruselas, como no se cansa de destacar el ministro de Economía alemán.
Apostando a la reactivación
No hay que equiparar la reducción de ingresos y el aumento de los gastos en medio de la actual recesión. Pero las deudas deben reducirse en los próximos años. Así lo exige el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la Unión Europea, aun cuando algunos gobernantes quisieran suspenderlo en estos tiempos. Como eso no ocurrirá, tarde o temprano habrá que volver a exigir disciplina fiscal. Pero, dado que en vísperas de elecciones nadie habla con gusto acerca de ahorro, por ahora el consenso se limita a que lo primero es superar la crisis financiera. Porque sólo una reactivación podrá llevar dinero fresco a las arcas estatales.
Sin embargo, aunque la coyuntura económica se reactivara en forma temprana, no se podrá reducir tan rápidamente la montaña de deudas. De momento no se descarta que los períodos de consolidación se extiendan entre cinco y diez años. Y tampoco está claro si las normas del Pacto de Estabilidad estarán a la altura de las consecuencias de la crisis. A fin de cuentas, los gestores de dicho pacto partían del supuesto de que los déficits quizá llegarían al 4% o 5% del PIB. Pero la realidad es diferente: se estima que en Irlanda, las nuevas deudas podrían trepar el próximo año a más del 15% del PIB, y en España a casi el 10%.
Autora: Sabine Kinkartz/Emilia Rojas
Editor: Enrique López