La primera noche de Philae en el cometa Churi
El minilaboratorio Philae pasó su primera noche sobre el cometa Churi, y parece que, a pesar de algunos problemas iniciales, el robot investigador está en actividad y en muy buen estado.
No hay tiempo para descansar
Philae no tiene tiempo que perder: ya a su llegada, tomó su primera foto y la envió a la Tierra. Según informó el centro espacial francés, Philae sigue en actividad y recaba datos. Además, la comunicación con la sonda Rosetta es excelente.
Seguridad para Philae
¿Cuán segura es la situación de Philae en Churi? ¿Corre peligro de ser arrastrado hacia el espacio sideral? Eso aún no es seguro. En realidad, los módulos de investigación espacial deben anclarse sobre la superficie luego del aterrizaje, pero los dos arpones no se dispararon. Para comprobar cuál fue el problema se están realizando pruebas desde el centro espacial.
Un largo viaje
Philae voló diez años con Rosetta a través del espacio antes de aterrizar sobre el cometa Churi. Y aunque Philae parece pequeño a la distancia, pesa 100 kilogramos. Su tarea es muy importante, ya que los datos que recoge aportan información sobre el nacimiento de nuestro sistema solar.
Momento histórico
En la foto se ve a Philae como si fuera una caja gris sobre el suelo, también gris, del cometa. Sin embargo, esta imagen es la prueba de un gran éxito en la historia de la navegación espacial europea: Philae llegó al cometa 67P/Churyumov –Churi- el miércoles. Un hito en la historia de la astronáutica.
Alegría en el centro de control
“La ESA y los socios de la Misión Rosetta lograron hoy algo extraordinario”, se alegró el director de la Agencia Espacial Europea (ESA), Jean-Jacques Dordain, el miércoles (12.11.2014). La primera ola de entusiasmo llegó hasta el centro de control, en la ciudad alemana de Darmstadt, tras un desacople exitoso de Rosetta. Después de siete horas, Philae había aterrizado sobre el cometa Churi.
Misión exitosa
El cometa sobre el que aterrizó Philae parece inmenso. Pero si se lo compara con la ciudad de Londres, se ve lo pequeño que es en realidad. Se mueve con una velocidad de 135.000 kilómetros por hora por el espacio. Rosetta, por su parte, viajó 6,4 billones de kilómetros para alcanzar su planeta. Todo eso es prueba del gran éxito de esta misión.