La silvicultura se renueva en Alemania
16 de febrero de 2014
¿Cómo combatir la deforestación y la degradación de los bosques, cuando el ser humano no puede prescindir de la madera? La ecuación es compleja de resolver, agudizada aún más por la sobreexplotación y los efectos del cambio climático que amenazan estos ecosistemas.
En su búsqueda de fórmulas para mejorar la productividad en países desarrollados, los silvicultores se han topado con que los modelos tradicionales, que reemplazaron los bosques nativos por monocultivos de especies foráneas y promovieron una explotación intensiva, tienen desventajas y no son tan eficientes como se pensó. A esto se suma la creciente preocupación por la conservación del medio ambiente.
Así fue surgiendo la Silvicultura Cercana a lo Natural, SCN, un nuevo enfoque que busca crear bosques mixtos y no monocultivos, y donde las especies exóticas sólo se aceptan si no empeoran el sitio. La corriente comenzó a fines del siglo XIX en Alemania, pero se consolidó tras la Segunda Guerra Mundial, con la creación del Arbeitsgemeinschaft Naturgemäße Waldwirtschaft- ANW (Grupo de trabajo en silvicultura cercana a lo natural).
“La gestión forestal cercana a la naturaleza representa un compromiso moderno entre el uso, la protección y la regeneración, por lo que es reconocido y ampliamente utilizado”, indica Patrick Pyttel, profesor del Instituto de Silvicultura de la Universidad de Freiburg. Estos conceptos se han ido difundiendo a través de los silvicultores del continente, hoy agrupados en la organización europea Pro Silva.
Bosques más naturales
En Alemania hay 11 millones de hectáreas de bosques, lo que equivale casi a un tercio de la superficie del país. De ellos, dos tercios están dominados por coníferas. Estos bosques han demostrado ser muy poco estables y resistentes ante tormentas de nieve y viento y ataques de insectos, lo que a fines del siglo XX y principios del XXI generó grandes pérdidas en el sector, de acuerdo a una investigación desarrollada por Pyttel y el ingeniero forestal chileno Jan Bannister.
En condiciones naturales, antiguamente este tipo de bosques no alcanzaba más del 10 por ciento de la superficie total. Ante las desventajas que presentan, los silvicultores han ido transformándolos hacia modelos más naturales. Actualmente unas 3,7 millones de hectáreas son manejadas con conceptos cercanos a la SCN, según datos del estudio.
En estos bosques predominan especies nativas y se promueve la regeneración natural. Ante los embates de la naturaleza, han demostrado resistir mucho mejor. También el manejo y método de cosecha difieren de los tradicionales y consideran no sólo la madera, sino otros factores relacionados con el ecosistema y la comunidad. Con todo, el manejo con SCN ha permitido aumentar los ingresos de los productores.
No obstante, la SCN también es criticada desde distintos bandos. Por un lado, los ambientalistas quisieran más protección de los bosques y, por el otro, algunos productores desearían realizar una explotación intensiva. “Es solo un modelo. Quizás un modelo que es más natural que los anteriores, pero no es una panacea y tiene sus debilidades, las cuales son un problema para determinadas personas”, indica Patrick Pyttel.
No hay que perder de vista que “necesitamos madera, más madera que nunca. Sin la comercialización y el uso de los bosques no va a funcionar”, señala. La SCN ofrece un camino que podría conjugar los diferentes intereses y asegurar el futuro de la silvicultura.
El desafío para Latinoamérica
Jan Bannister, investigador del Instituto Forestal de Chile y doctorado en la Universidad de Freiburg, ha estudiado la SCN y su aplicación en sociedades cuya silvicultura se encuentran en etapas más primitivas, en comparación con Alemania y Europa.
Aún es dificil encontrar iniciativas existosas de SCN en Latinoamerica, pues esta filosofía es relativamente nueva y recién está llegando al sur del mundo. En Chile existen agunas iniciativas pioneras en el sur del país, en la zona de Valdivia, y Bannister está comenzando con ensayos de restauración de bosques en la isla de Chiloé. Sin embargo, son cambios que toman su tiempo. “Estoy seguro que poco a poco irán surgiendo muchísimos más casos en que se aplique la SCN, sobre todo para la recuperación de bosques degradados y conversión de monocultivos en el sur de Chile”, afirma.
Sin importar el estado de explotación en que se encuentren los bosques, la conversión hacia un manejo más natural es altamente recomendable, asegura Bannister: “Chile no será un país desarrollado si no lleva a su sector forestal a mayores niveles de sustentabilidad. En esto la SCN puede cumplir un papel muy relevante”.
En su opinión, “el modelo forestal actual está obsoleto. Fue bueno en un inicio pero hoy tiene muchas deficiencias estructurales. Está concentrado en muy pocas empresas y casi exclusivamente en plantaciones exóticas”. Los cambios, en todo caso, no sólo deben venir de parte de los silvicultores, advierte el investigador. “Estoy convencido que la SCN es totalmente aplicable y sería muy rentable, pero para eso debe haber un cambio en la política y visión forestal, se debe adaptar la SCN a la realidad ambiental y cultural del país y se debe empezar desde ya a explorar métodos silviculturales que se acomoden a la SCN”.
Como ocurrió en Alemania y se promueve actualmente en Chile y otros países lationoamericanos, la SCN ofrece la oportunidad de que los bosques recuperen el potencial ambiental y económico que tuvieron en el pasado, dando un nuevo impulso al sector forestal.