La socialdemocracia alemana en desbandada
9 de junio de 2005"El SPD se encuentra en un remolino, y mientras más se cerca al fondo, más rápido gira". Así resume el diario colonés Kölnischer Rundschau la situación actual del gobernante Partido Socialdemócrata Alemán, que no sólo se encuentra 21 puntos por debajo de la Unión Conservadora CDU/CSU en los sondeos de opinión, sino que amenaza con perder la poca cohesión interna que le quedaba.
Paradójicamente, después de la masiva emigración de miembros en 2003 y 2004 -en protesta por las reformas al sistema de protección social durante el gobierno del canciller Gerhard Schröder- en mayo se ha registrado el primer aumento de militantes en siete años: 1325 miembros nuevos, 55% de ellos menores de 25 años. El partido, que registró en el primer trimestre de este año unas 10.000 bajas, cuenta con 600.000 miembros.
¿El tiro por la culata?
El SPD atraviesa una crisis histórica. Aparte de la carrera descendente del propio canciller Schröder -que nunca ha sido tan infeliz e impopular como en este momento-, el caos amenaza con tomar posesión del Partido Socialdemócrata Alemán. La jugada maestra que pretendía ser el anuncio de elecciones anticipadas después de la debacle que representó perder las elecciones regionales en Renania del Norte-Wesfalia, tuvo un efecto efímeramente positivo. Si por un par de días se creyó que con ello se podía salvar lo insalvable, en este momento ya nadie ni en la cúpula ni en las bases sabe exactamente si el canciller siquiera va a poder convocar a tales elecciones anticipadas.
¡Sálvese quien pueda!
El desconcierto y el nerviosismo reinan. Los dimes y diretes corroen la ya de por sí frágil imagen del partido en el gobierno, en donde parece imperar ahora el lema de "sálvase quien pueda". El espectro de las murmuraciones es amplio: Schröder renunciaría a favor del presidente del partido, Franz Müntefering que gobernaría hasta el 2006; el ala sindicalista lanzaría su propio candidato a la cancillería; el presidente del partido abdicaría a favor del primer ministro de Renania-Palatinado. "Lo último que he escuchado es que el partido ya no existe", cita en tono sarcástico el Frankfurter Allgemeine Zeitung. Y mientras los prominentes del partido, como el ministro del Interior Otto Schilly, exhortan a la unión, su presidente acepta que no controla la situación.
De cambiar a no tener programa
A lo largo de su historia -que comienza oficialmente en 1863 con la fundación del Partido de los Trabajadores- su programa ha cambiado varias veces. La orientación marxista fue abandonada antes de la Primera Guerra Mundial, ubicándose a finales de los años 50 en la centro izquierda. Durante el gobierno de Schöder la orientación al centro político se hizo cada más clara. El ala derecha apoyó sus reformas y recortes del programa social del Estado, y el ala izquierda lucha por retomar un perfil más social. El mismo presidente del partido, Franz Müntefering, aportó a la ya marcada brecha interna con sus recientes críticas al capitalismo.
La confianza en la socialdemocracia está por los suelos. La Agenda 2010 no ha cumplido con las esperanzas de la población. Mientras algunos prominentes del ala izquierda la declara parte del pasado y algunos del ala derecha aún la defienden, la desorientación prima en la mayoría, que ya no sabe qué es izquierda ni qué es derecha.
Lo cierto es que el 1 de julio -el día en que supuestamente el canciller pedirá el voto de confianza y el parlamento se lo denegará pudiendo así convocar a elecciones- se acerca y el SPD aún no tiene un programa, y al parecer ni siquiera candidato seguro.