La sociedad alemana toma color
23 de junio de 2005Largo y tendido se ha debatido en Alemania sobre si el país puede calificarse como "receptor de inmigrantes" o no. De esto dependía el carácter de la ley de migración que los políticos se traían entre manos. La ley se aprobó, y haciendo balance se presenta el nuevo informe, cuyos resultados, según Marieluise Beck, encargada de Migración del Gobierno, dejan el tema finiquitado.
Los nuevos alemanes "inmigrantes"
Más de un millón de personas han accedido a la nacionalidad alemana en los últimos cinco años. Como consecuencia, se han reducido las cifras de aquellos registrados como "extranjeros". Hoy viven en Alemania 6,7 millones de extranjeros, 600.000 menos que hace dos años.
Hay más nacionalizados y la inmigración no sube. Y ahora hay que hacer las cuentas de otra manera: ya no sólo es importante cuántos ciudadanos "no alemanes" habitan en el país, sino también cuántas personas en Alemania cuentan con lo que Beck a definido como un "pasado migratorio". El resultado: independientemente de que tengan con pasaporte alemán o no, 14 millones de personas sobre suelo germano son inmigrantes o hijos de inmigrantes.
La sociedad multikulti
Uno de cada cinco matrimonios es en Alemania binacional. Uno de cada cuatro recién nacidos tiene una mamá o un papá extranjero. En el este de Alemania, el 40 por ciento de los jóvenes proceden de familias de inmigrantes. Y según Beck, esta sociedad que se dibuja heterogénea y multinacional, tiende a reforzarse en el futuro.
En el terreno económico, el número de trabajadores autónomos extranjeros se iguala al de alemanes. Por el contrario, sólo el tres por ciento de los extranjeros ocupa un cargo público, donde aún queda mucho por hacer en materia de integración.
Con estos datos por delante, parece claro que en el hogar y en el trabajo, los alemanes se mezclan con extranjeros e inmigrantes. Y también a la política le llegó su turno. Beck destacó el "movimiento y el cambio de mentalidad" que se ha producido en Alemania con respecto a la migración. Este cambio, según la encargada del Gobierno, debe continuar hasta alcanzar todos los ámbitos sociales, desde las escuelas a los hospitales y los asilos. "La multiculturalidad es la realidad. La integración es la labor", dijo Beck.