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La verdadera “madame No” del euro

Enrique López Magallón18 de julio de 2012

En los países europeos afectados por la crisis de deuda, Angela Merkel es llamada “madame No”. Pero ese apodo se lo merece en realidad otra dama: la ministra de Hacienda de Finlandia, Jutta Urpilainen.

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Imagen: dapd

Finlandia acordó este martes (17.07.2012) con el gobierno de Rajoy que España pondrá a disposición garantías por la participación finesa en el paquete de rescate de los bancos españoles. Madrid deberá transferir a una cuenta de garantía un 40 por ciento de los 1.900 millones de euros que Finlandia aportará al paquete de 100 mil millones prometidos por la UE para sanear la banca española.

“Se trata de limitar los riesgos para los contribuyentes finlandeses”, comunicó el ministerio de Hacienda en Helsinki. No es la primera vez que Finlandia aplica una línea dura con los países escorados financieramente. Ya en octubre de 2011 acordó condiciones similares con Grecia para la ayuda a Atenas, que protegen a Finlandia de una eventual bancarrota del Estado griego.

Cuando los finlandeses adoptaron la moneda común europea, en 1999, vieron al euro sobre todo como un muro de contención contra Rusia. En la posguerra, la Unión Soviética tuvo gran influencia sobre la política de Finlandia, cuya economía dependía en gran parte del comercio con Europa Oriental.

La comparación con los países escandinavos hoy es, sin embargo, lo que da que pensar a los finlandeses. Suecia, por ejemplo, el mercado de exportación más importante para Finlandia, no adoptó el euro y tiene un mayor ingreso per cápita, mayor crecimiento económico y menor desocupación. Muchos finlandeses se preguntan por qué deben salvar a los países del sur si a sus vecinos en el norte les va mejor sin el euro.

No a la unión bancaria

En todo caso, Finlandia, uno de los poco países de la eurozona con una calificación crediticia “AAA”, rechaza también una unión bancaria con garantía común europea de los depósitos. El gobierno finlandés adoptará una “línea dura” en relación con los planes de salvamento de la eurozona. “Actuamos constructivamente y queremos ayudar a solucionar la crisis, pero no a cualquier precio”, dijo la socialdemócrata Urpilainen recientemente en una entrevista con el diario finés "Kauppalehti".

Las alarmas hizo saltar, sin embargo, otra frase de la ministra en la entrevista: “Estamos preparados para todo escenario, incluso un abandono de la eurozona”. Media Europa miró soprendida hacia el pequeño país en el norte, de algo más de cinco millones de habitantes.

Tal fue la irritación que Matti Hirvola, vocero de Urpilainen, salió apresuradamente a rechazar eventuales interpretaciones. “Las palabras de la ministra no significan que Finlandia esté preparando una salida del euro”, dijo en conferencia de prensa. Esas afirmaciones son “sencillamente incorrectas”, agregó.

Un barril sin fondo

No obstante, con sus declaraciones críticas con respecto al euro, Urpilainen sabe que gran parte de los finlandeses está de su parte. Los noreuropeos temen que la ayuda para los países en crisis se transforme en un barril sin fondo.

Si Finlandia regresara al marco finlandés, seguramente este se revaluaría con respecto al euro. Pero el daño para las exportaciones no sería muy grande, ya que dos tercios del producto bruto del país se generan en la producción para el consumo interno. Además, entre los siete mercados de exportación más importantes de Finlandia, solo dos, Alemania y los Países Bajos, forman parte de la eurozona.

El peso económico de Finlandia en la eurozona es muy reducido, pero el impacto psicológico de un eventual abandono finés de la eurozona sería apreciable. Bien hizo España en aceptar las condiciones de la “madame No” del norte de Europa.

Autor: Pablo Kummetz
Editor: Enrique López