Laboratorios de drogas en Alemania
Mucho de lo que hoy día se produce en los oscuros laboratorios de drogas se remonta al empeño y espíritu inventor de científicos, militares y empresas alemanas.
Drogas para los soldados
Hitler envió a combatir a soldados dopados con psicoestimulantes a las campañas militares en Polonia (1939) y Francia (1940). Se estima que en la expedición militar contra Francia fueron repartidas 35 millones de píldoras de Pervitin. Esta anfetamina era conocida como “chocolate de tanque” o “píldora de Herman Göring”. No obstante, cabe señalar que también los aliados doparon a sus soldados.
Sin sueño, hambre o miedo
El milagroso remedio del Ejército alemán había sido fabricado por primera vez en forma líquida por un japonés. Químicos de la fábrica berlinesa Temmler lo desarrollaron, y en 1937 registraron la patente. Un año más tarde se comercializó como medicamento. El remedio ahuyentaba el cansancio, el hambre, la sed y el miedo. Hoy día, Pervitin se vende ilegalmente bajo otro nombre: crystal meth.
Hitler: ¿un adicto?
Los historiadores debaten si el mismo Adolf Hitler era adicto al Pervitin. Llama la atención que en las actas de su médico personal, Theo Morell, aparece muchas veces una X. Hasta hoy día no está claro qué remedio representa esta letra. Lo que es seguro es que a Hitler le fueron administrados medicamentos muy fuertes.
Un medicamento milagroso
“Adiós a la tos gracias a la heroína”, rezaba un lema publicitario de finales del siglo XIX de la empresa alemana Bayer. En aquel entonces, la heroína era recetada para tratar la epilepsia, el asma, la esquizofrenia y las enfermedades del corazón, tanto a adultos como a niños. El único efecto secundario que señalaba Bayer era estreñimiento.
Químicos creativos
A Felix Hoffmann se lo conoce sobre todo como el inventor de la aspirina. No obstante, el químico alemán también hizo otro gran descubrimiento al experimentar con ácido acético: de la combinación entre ácido y morfina, derivada de la amapola, nació la heroína. Su producto fue declarado ilegal en 1971.
Cocaína para los oftalmólogos
Ya en 1862, la empresa Merck, con sede en Darmstadt, producía grandes cantidades de cocaína como anestésico para los oftalmólogos. El investigador Albert Niemann había experimentado con hojas de coca en Sudamérica, logrando aislar un alcaloide especial, que llamó cocaína. Niemann murió poco tiempo después de haber hecho su descubrimiento.
"Eufórico y con ganas de trabajar"
El neurólogo Sigmund Freud consumió cocaína para fines científicos. En su ensayo “Escritos sobre la cocaína”, Freud describió la sustancia como inofensiva. Uno se siente “eufórico, lleno de energía y con ganas de trabajar”. Tras la muerte de un amigo drogadicto disminuyó su entusiasmo por la cocaína. En aquel entonces, ésta también era recetada contra los dolores de cabeza y de estómago.
La patente olvidada
El químico estadounidense Alexander Shulgin es considerado el inventor de la droga éxtasis. No obstante, solo la redescubrió. En 1912, la empresa alemana Merck solicitó la patente para un aceite de nombre 3,4-metilendioximetanfetamina o MDMA. En aquel entonces, los químicos habían calificado la sustancia de poco comercializable.
La larga sombra
El espíritu descubridor de los químicos alemanes aún repercute -involuntariamente- en el presente. Según estimaciones de las Naciones Unidas, en 2013 cerca de 190.000 personas murieron como consecuencia del consumo de drogas ilegales.