Largo camino a la despenalización del aborto en Chile
24 de mayo de 2017"Mi cuerpo, mi decisión", dice una inscripción sobre el torso desnudo de una mujer joven. Junto a otros miles, esta mujer se manifiesta por las calles del centro de Santiago, capital de Chile. No solo van mujeres, sino también hombres, familias enteras y niños que cantan y tocan tambores clamando por más derechos para la mujer, libertad de elección y libertad para poder decidir voluntariamente sobre su propio cuerpo.
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Chile es uno de los seis países del mundo donde el aborto está totalmente prohibido. Cualquier mujer que aborte y sea descubierta se puede enfrentar a penas de hasta cinco años de prisión. Tampoco está permitido en Nicaragua, República Dominicana, El Salvador, Malta y el Vaticano. Al frente de la manifestación, la organización Miles Chile clama por la ley de las "Tres Causales”, un proyecto de ley en el que han trabajado y que es analizado por el Senado en Valparaíso. De ser aprobado, permitiría el aborto en tres casos: inviabilidad del feto, si peligra la vida de la mujer embarazada o si la mujer quedó embarazada fruto de una violación.
Conservadores influyentes
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, por segunda vez en el cargo, acogió este proyecto de ley de las "Tres Causales" en su programa de Gobierno hace ya más de un año. También la Cámara de Diputados recibió la propuesta y el Senado ya lo discute en sus comisiones: Salud, Hacienda y Constitución. Pero hasta que esto llegue a puerto pasarán aún algunos meses. Mientras, los opositores a esta resolución no dudan en plantar cara a la nueva ley. En su mayoría, desde las filas conservadoras, argumentando que viola el derecho a la vida y es anticonstitucional.
Claudia Dides es la responsable de la organización Miles. El nombre de la asociación pretende significar precisamente "miles”, en función del número de miembros y seguidores. La organización es un actor político que gana importancia en Chile y, además de ejercer presión, ofrece orientación psicológica y asistencia jurídica a las mujeres.
Claudia Dides también acompañó esta iniciativa desde sus inicios, en un camino que se está alargando demasiado debido a la oposición de grupos conservadores y la Iglesia católica. "La prohibición del aborto en Chile data de 1989, los últimos días de la dictadura militar de Augusto Pinochet”. Anteriormente, desde 1931, estaba permitido el aborto terapéutico en caso de peligro para la salud de la madre o el feto. "El aborto es una de las muchas deudas de la dictadura militar. La dictadura todavía no ha sido superada en Chile", explica la activista.
Un pequeño paso hacia adelante
Paula es una estudiante universitaria de Santiago que prefiere permanecer en el anonimato. Ahora tiene 28 años y hace diez años tuvo un embarazo no deseado. Entonces optó por abortar para no poner en juego su futuro. Aunque ahora se aprobase la ley de las "Tres Causales”, su caso continuaría siendo ilegal. Como la mayoría de las mujeres chilenas, optó por usar Misoprostol, un medicamento que puede ser ingerido por vía oral o vaginal para expulsar el feto. En el mercado negro, el compuesto cuesta entre 100 y 150 euros. "En torno a este medicamento se ha creado una mafia. Hay poca información sobre su uso y, a menudo, es información falsa. Es peligroso y puede ser mortal", dice Paula.
En total, según la organización no gubernamental Human Rights Watch, unas 160.000 mujeres chilenas interrumpen su embarazo cada año. El gobierno chileno habla de 33.000 casos anuales reportados en los hospitales. Pero estas cifras indican solo las mujeres que piden asistencia a causa de complicaciones. El número real de abortos es mucho mayor.
Según Paula, el hecho de que la ley pase o no pase por el Senado no va a cambiar nada y las mujeres seguirán abortando en secreto. "Los cambios en Chile son lentos", continúa. No hay una sociedad que permita cambios sociales de un día para otro, pero la ley será un paso adelante para permitir el aborto en esas tres circunstancias que se debaten actualmente. Sin embargo, el objetivo final para ella debería ser la "plena impunidad del aborto las circunstancias en las que quiera cada mujer".
Autora: Sophia Boddenberg (JAG/DZC)