“Retórica de desarme en América Latina, sin sentido”, dice experto alemán
10 de junio de 2010Aunque la discusión sobre la reducción drástica del gasto militar en América Latina fue uno de los puntos centrales de la agenda de la cuadragésima Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), para el politólogo Detlef Nolte del Instituto GIGA de Estudios Latinoamericanos de Hamburgo en conversación con DW-WORLD, es dudoso que esta nueva retórica de desarme en América Latina logre un terreno fértil.
En el encuentro de los países miembro de la OEA, llevado a cabo del 6 al 8 de junio en Lima, Perú, bajo el lema “Paz, seguridad y cooperación en las Américas”, el presidente del país anfitrión, Alan García, aprovechó su discurso de apertura para pedir que los recursos para armamento fueran liberados e invertidos en la lucha contra la pobreza y la recuperación del medio ambiente.
Falta mayor transparencia
De acuerdo con el presidente Alan García, en los últimos cinco años desde la creación de la alianza de los países sudamericanos UNASUR, el presupuesto militar de los países de la región ha devorado 125 mil millones de dólares. Otros 25 mil millones de dólares se invirtieron en la compra de nuevos armamentos. Y para los próximos cinco años, se prevé un gasto de 35 mil millones de dólares. Con esta última suma se podría garantizar para los próximos 20 años agua potable y suministro de energía, así como el acceso a la educación y la atención básica en salud de 50 millones de personas.
Pero según el experto alemán, Detlef Nolte, la mayoría de las compras militares "ya se efectuaron hace tiempo o ya se hizo el encargo de las armas". Por otra parte, García no estaría actuando “del todo de una manera desinteresada, porque Perú siente que perdió terreno frente a la modernización de los militares en Chile o a la nueva compra de armamento de Ecuador”. Lo que sí se podría alcanzar, como dijo Nolte a DW-WORLD, es “una mayor transparencia en el gasto para armamento, porque existe una necesidad de recuperar la divulgación pública de los cálculos de estos gastos, así como la información acerca de qué armas se compran. Pero en la realidad no se hará mucho en este sentido”, opina el experto alemán.
Disputa de latinoamericanos por Honduras
En el marco de la Asamblea de la OEA en Lima otro tema relevante fue Honduras. El secretario general, José Miguel Insulza, mostró comprensión por los países de América Latina que se oponen a una readmisión del país centroamericano como miembro de este organismo multilateral, luego del golpe de Estado en el que fue elegido como presidente Porfirio Lobo. Pero antes de que sea posible, deben cumplirse algunas condiciones, como por ejemplo, las garantías para el retorno seguro del derrocado presidente Manuel Zelaya.
La mayoría de los países latinoamericanos no reconocen al sucesor de Zelaya, el empresario Lobo, elegido en noviembre de 2009. Para una readmisión de Honduras en la OEA, el 75 % de los 33 miembros debería votar a favor. Detlef Nolte del Instituto GIGA de Estudios Latinoamericanos de Hamburgo supone que para cuando se dé la votación se logrará la mayoría necesaria. “No puede ser el interés de los latinoamericanos dar una imagen irregular hacia el exterior”. Además de los Estados Unidos, el principal socio comercial de Honduras, la Unión Europea ya reconoció al presidente Lobo. "Y si ya lo hicieron los centroamericanos, entonces un país como Brasil no se podrá negar a hacerlo también”, dice Nolte.
Insulza tiene ahora la tarea de "encontrar una solución al problema Honduras para lograr que la comunidad latinoamericana vuelva a hablar con una sola voz”, dice el politólogo alemán. "Seguro se le impondrán exigencias al Gobierno hondureño, en lo que se refiere a una amnistía del anterior presidente Zelaya, o lo que concierne a las competencias de las establecidas comisiones de la verdad. Pero pienso que en las siguientes semanas se normalizará esta situación”, expresó Nolte a DW- WORLD.
Relaciones tensionantes entre Estados Unidos y América Latina
La disputa por Honduras también empeora las relaciones entre los Estados Unidos y América Latina. Mientras que Washington se expresa a favor de una readmisión de Honduras, Brasil, Venezuela y México no reconocen el Gobierno del presidente Lobo como legítimamente legal y democrático.
A mediados de mayo de 2010, varios países sudamericanos, entre ellos Brasil y Venezuela, amenazaron con boicotear la cumbre UE-América Latina en Madrid, si Porfirio Lobo participaba en el encuentro. El controvertido presidente de Honduras participó en Madrid sólo en una reunión menor con representantes regionales de la UE y América Central.
Ley de inmigración preocupa a latinoamericanos
La polémica ley de inmigración de Arizona, que entrará en vigor a finales de julio, fue criticada fuertemente antes de la cumbre de la OEA por los presidentes de México y Perú, Felipe Calderón y Alan García, en sus visitas de Estado a Washington. Los mandatarios habían presentado sus quejas al presidente Obama sobre el endurecimiento previsto de los controles policiales y el temor a la discriminación contra los inmigrantes de América Latina.
La ley constituye una pesada carga para las relaciones entre los Estados Unidos y sus vecinos del sur, opina Detlef Nolte. "Hay que recordar que en el tema sobre legislación de inmigración existen marcadas diferencias entre los Estados Unidos y la mayoría de los países de América Latina. Pero como se trata de una ley de un estado (Arizona), las manos de Obama están atadas”. El mismo presidente de los Estados Unidos criticó la ley de Arizona como "equivocada". Sin embargo, una reforma fundamental de las leyes de inmigración a nivel federal será bloqueada por en los Republicanos de la oposición en el Congreso.
"Al comienzo Obama fue recibido con grandes expectativas en América Latina", constata Nolte. “Se celebró que es un presidente que escucha, y que no impone unilateralmente las cosas a los países latinoamericanos”, agrega el experto alemán. Entretanto se produjo, sin embargo, una desilusión general. “A Obama se le acusa de que no basta con no ser como George W. Bush, sino que son necesarias medidas concretas. Si nos fijamos en los diversos campos de la política, como la legislación migratoria, el tema de la política contra las drogas, las bases militares estadounidenses en América Latina, cualitativamente ha cambiado muy poco. Hasta ahora son muy pocas las nuevas iniciativas en relación con el contenido político real de parte del Gobierno de los Estados Unidos”, afirma Nolte.
Relación ambivalente con Brasil
Desde la mediación de Brasil y Turquía en la disputa nuclear con Irán son más constantes las tensiones entre Washington y Brasilia. La ministra de Exteriores, Hillary Clinton, quien también asistió a cumbre de la OEA en Lima, dijo que la acción del presidente Lula de “ayudar a Irán significa hacer más peligroso este mundo. Irán utiliza a Brasil para ganar tiempo”.
“Paradójicamente, George W. Bush simpatizaba más con el Gobierno brasileño que la actual presidencia de Estados Unidos”, dijo el experto en América Latina de Hamburgo. “Esto tiene que ver con el hecho de que Brasil, teniendo en cuenta su peso en América Latina y en la política internacional, jugará un papel más importante. No sólo en América Latina, donde desde hace un tiempo existe una cierta competencia sobre quién juega el rol dominante en Sudamérica, sino también en las cuestiones globales. La más reciente es la política nuclear de Irán”, concluye Nolte.
Autora: Mirjam Gehrke / Cristina Mendoza Weber (dpa, EFE, rtr, AFP)
Editor: Pablo Kummetz