Las aventuras de Alexander von Humboldt
En su premiada biografía de Humboldt, Andrea Wulf adopta un enfoque completamente nuevo sobre el explorador. El libro cuenta con ilustraciones basadas en los descubrimientos que realizó durante sus viajes.
Las investigaciones de Humboldt
Andrea Wulf y la ilustradora Lillian Melcher han plasmado las investigaciones del explorador en este libro con ilustraciones y frases memorables. “Yo quiero…no, yo necesito entender el mundo que me rodea, y descubrir cómo todo está conectado con la naturaleza”.
Crónicas de una expedición
Humboldt no se cansa de informar sobre sus hallazgos: “Estamos de nuevo en la selva, junto a cocodrilos, serpientes, y mosquitos… Pero eso no nos impide recolectar muestras de plantas, diseccionar cocodrilos y pescar peces raros que conservamos en envases de vidrio para enviarlos a Europa”.
Las zonas de vegetación
“El camino desde Quito hasta el Chimborazo es como un viaje botánico desde la línea ecuatorial hasta los polos”. Humboldt fue el primer científico en nombrar las zonas de vegetación cuando escaló la montaña, considerada la más alta del mundo a principios del siglo XIX. El explorador ilustró con gráficos las zonas de vegetación.
Los dibujos de Humboldt
Lillian Melcher se basó en los dibujos de los diarios de viaje de Humboldt y los transformó en caricaturas. Durante una travesía por el Orinoco, a Humboldt y su amigo, Aimé Bonpland, se les dificulta encontrar un lugar para acampar. “Dormimos en rocas en medio del río… Pero los murciélagos que habitan en la zona nos mantuvieron despiertos”.
Un viaje peligroso
Durante el viaje, las vidas de Humboldt y de su amigo Bonpland se vieron amenazadas varias veces. En su embarcación, enfrentaron olas de 15 metros de altura y vientos tempestuosos. Lillian Melcher, que ilustró las aventuras de Humboldt con mucho humor, lo grafica esfumando los contornos de los globos de texto.
La corriente de Humboldt
Humboldt descubre una corriente oceánica fría durante su expedición, pero a avanzada edad relativiza sus méritos: “Mientras tanto lleva el nombre de corriente de Humboldt; es un gran honor, no me malinterpreten, pero hasta los pescadores de los pueblos costeros conocían esta corriente oceánica. Yo solo fui el primero en medir su temperatura”.
Gloria y honor
Humboldt se hizo mundialmente famoso durante sus viajes. En el libro, él ficticiamente mira hacia atrás: “80.000 personas marcharon por las calles de Berlín en mi honor, y 25.000 en Manhattan. El New York Times dedicó su portada a mi centenario”.